Asesinatos sistemáticos de líderes sociales | Por: María Fernanda Matus
Es urgente visibilizar y atender los territorios que siguen ahogados en el abandono estatal, aquellos que no han tenido ni un sólo día en paz.
06:00 a. m.
Por: María Fernanda Matus*
@MariaMatusV en Twitter
Estamos a mitad de año y han asesinado a más de 100 líderes sociales. En la última semana, asesinaron a siete líderes, es decir, están matando a uno por día. Es inaudito que insistan en afirmar que son casos aislados, la evidencia señala que son crímenes sistemáticos. Pero nadie responde ni tampoco se preocupan por proteger la vida. La cifra crece y crece, mientras que la falta de garantías y la negligencia del Estado recrudecen el problema.
Es inaceptable e inhumano que algunos políticos y ciertos sectores de la sociedad estén empeñados en negar los hechos o, peor aún, en justificarlos.
Los líderes sociales hacen presencia en los territorios olvidados. Luchan por la educación, la salud, el medioambiente, el agua potable, la paz y la dignidad. Durante décadas, los han despojado de sus tierras y asesinado. ¿Hasta cuándo se va a legitimar la barbarie?
En medio de la crisis sanitaria mundial, Estados Unidos levanta su voz y sale a protestar. Defienden la vida y los derechos. Muchos países se unen a la manifestación y la indignación se vuelve protagonista. El asesinato de George Floyd conmocionó al planeta, mientras que aquí nos hemos acostumbrado al horror.
En cualquier país decente sería inaceptable la violencia obvia contra los líderes sociales. El tema es que nuestra sociedad está tan desdibujada, que la violencia se avala. Estamos en el país de los “buenos muertos”.
Es urgente visibilizar y atender los territorios que siguen ahogados en el abandono estatal, aquellos que no han tenido ni un sólo día en paz. La indignación del país norteamericano, y la solidaridad que despierta, es un recordatorio de nuestro adormecimiento. Tal vez es un llamado de atención. O tal vez confirma la indolencia del colombiano. A los líderes sociales se los estigmatiza, persigue, amenaza y asesina. Y en este país nadie responde. Nadie hace nada.
La ñapa: Anderson Arboleda tenía 21 años y fue asesinado por la Policía. Dilan Cruz tenía 19 años y fue asesinado por el ESMAD. Nicolás Neira tenía 15 años y también fue asesinado por el ESMAD. La lista continúa. Todavía hay quienes justifican estos actos. No entienden que la vida es prioridad, que la juventud es el futuro y que la Policía no puede abusar de su poder. Si lo de George Floyd los conmueve, espero que estos hechos también. Y si han legitimado los casos antes mencionados, los invito a reflexionar. Urgente.
*Activista social.