El terreno: el juez supremo
Por las victorias, además de la capacidad exhibida por esta nueva generación, quedó comprobado que el tan reclamado relevo generacional ya arrancó.
Octavio Mora Gómez
06:05 a. m.
Los dos partidos amistosos disputados por la Selección Colombia en días pasados dejaron sustanciosas conclusiones de cara a la siguiente eliminatoria al Mundial de fútbol. Al margen de la cédula, se impuso el talento.
Tozudamente o por profunda convicción, el técnico Néstor Lorenzo convocó en su mayoría a jugadores con los que compartió en los mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018 y quienes tienen una larga trayectoria. Además, los eligió titulares, en desmedro de los méritos de otros aspirantes.
Frente a México la elección no resultó acertada por la intensidad y la presión ejercida por el equipo azteca. James Rodríguez sin ritmo competitivo, deambuló sin poder convertirse en el organizador de su equipo. A Falcao no le llegó el balón y sucumbió frente a la recia marca de la retaguardia mexicana.
Al cabo del primer tiempo, el marcador de 2-0 a favor de los dirigidos por Gerardo Martino parecía corto. En contraste, en el segundo tiempo, con el ingreso de Luis Sinisterra, Jorge Carrascal y Rafael Santos Borré, el panorama cambió diametralmente; la selección nacional se adueñó de la pelota, de la propuesta, de las gambetas y de los goles, no solo empató, sino que siguió de largo y ganó 3-2.
Por las victorias, además de la capacidad exhibida por esta nueva generación, quedó comprobado que el tan reclamado relevo generacional ya arrancó. A los de mayor recorrido no se les debe jubilar a pupitrazo limpio, recibieron su oportunidad por gratitud, sin embargo, les quedó una durísima lección, si no están en optima condición, se exponen a feriar la imagen que tantos años les costó, construir.
@octamorago
Analista de fútbol y periodista deportivo