La colombiana que está llevando el cine independiente colombiano a otras fronteras
Se trata de una mujer que está demostrando que el cine colombiano no solo tiene voz, sino también un lugar en el mapa global.

Noticias RCN
08:43 p. m.
Una colombiana ha asumido la tarea de catapultar el cine independiente un producto de exportación. Desde su rol como productora ejecutiva, está demostrando que es posible posicionar narrativas locales en la escena internacional sin perder autenticidad, estética ni profundidad.
Se trata de Laura González Franco, una mujer apunta su mirada hacia el talento emergente y en propuestas con alto valor narrativo en lugar de replicar fórmulas, impulsa proyectos que arriesgan, que conmueven y que retratan la realidad desde ángulos poco explorados.
Los productos audiovisuales colombianos que llegan a Europa y EE. UU.
Corazón Galvánico es una pieza animada de ficción que se ubica en un Caribe distópico. A pesar de su bajo presupuesto, ha sido reconocida en Francia, EE. UU. y Colombia, gracias a una ejecución visual impecable y una trama que mezcla lo ancestral con lo futurista.
Otro caso es Célimo, un cortometraje que retrata la fragilidad de la memoria en la vejez. Su narrativa íntima, contada en formato 4:3, crea una atmósfera que obliga al espectador a entrar en el mundo del personaje, interpretando sus silencios y ausencias.
Este corto fue galardonado con una mención especial en el Cinematic European Films 2025, confirmando que lo pequeño también puede ser universal.
De acuerdo con González, los cortometrajes en los que participa reciben no solo premios, sino también interés de inversionistas y distribuidores extranjeros:
La internacionalización no es solo mostrar el talento, sino crear puentes creativos que fortalezcan la industria desde lo local.

El potencial del arte cinematográfico en América Latina
La apuesta de esta productora no se limita a Colombia. También ha extendido su trabajo a otros países de la región, como Perú, donde participó en la producción de Sara.
Es una desgarradora historia sobre explotación infantil contada desde la mirada de una niña de nueve años. Rodada principalmente en el interior de un camión, la obra destaca por su fuerza visual y emocional.
Fue reconocida en certámenes como el Chicago Latino Film Festival y el Suwon International Film Festival en Corea del Sur.
La región tiene un potencial narrativo inmenso. En Latinoamérica, las historias aún nacen del dolor, de la resistencia y del amor. Y ahí es donde está el poder.
Esto es una muestra de que el cine no necesita mega presupuestos para ser transformador, solo necesita visión, coherencia y una red de colaboración sólida. Hoy el cine colombiano viaja más lejos y más alto, llevando consigo historias que resuenan, conmueven y, sobre todo, permanecen.