La ardua labor de los conductores de Transmilenio en medio los bloqueos

Esta mañana, Juan Garnica, un conductor del sistema de transporte Transmilenio, hizo cuatro cosas antes de recibir el bus que le asignaron para su trabajo.

Saludó por teléfono a su hija de 9 años, revisó palmo a palmo su herramienta de trabajo, miró un buen rato al trabajador que reemplazaba parte de una puerta destrozada a piedra el día anterior y sintió miedo por lo que le pasó más temprano a uno de los buses que cubre su misma ruta en Soacha.

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“Se siente nerviosismo y temor de que tal vez en el recorrido se tenga el infortunio de vandalizar el bus que uno lleva” señala.

Con toda la autoridad que le dan 12 años en las troncales de Bogotá, encendió el motor una vez más. Lo hace por él, por su familia y por los 33 mil compañeros de trabajo.

“Yo lo tomo como una labor de resistencia porque nos preocupamos por el bienestar de nuestras familias y trabajar es la mejor forma de hacerlo” remarca Guarnica.

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Su hija y su esposa le dicen que no vaya a dejar que le gane la ira contra los manifestantes, que siempre conserve la calma en esas situaciones. Él piensa en las vueltas que da la vida y que de pronto pueda lograr el mismo premio de transportar a los bogotanos mañana.