Feminicida de la niña venezolana Kerly Cuevas, en Girón, Santander, condenado a 56 años
Alirio Gualdrón era el arrendador de la vivienda donde residía la víctima de tan solo 8 años junto a su madre, quien la dejaba bajo observación de la esposa del feminicida.
Noticias RCN
09:40 p. m.
En mayo de 2024 el atroz feminicidio de una niña de nacionalidad venezolana, de 8 años, identificada como Kerly Curvas, sacudió al departamento de Santander.
La menor que fue reportada como desaparecida fue hallada sin vida y con múltiples lesiones en una zona boscosa del municipio de Girón, a donde fue llevada bajo engaños por un hombre de 60 años que sería el arrendador de su vivienda.
Después de un año y cuatro meses del aterrador crimen de la menor, un juez condenó a 56 años de cárcel a su feminicida.
Revelan detalles del atroz feminicidio de la niña Kerly Cuevas
La niña venezolana de ocho años que desapareció en extrañas circunstancias, mientras su madre trabajaba, y a las pocas horas fue hallada sin vida, fue engañada por el arrendador de su vivienda, quien le ofreció ir a bajar frutas de un árbol.
En la audiencia condenatoria se conoció que “la presunción de inocencia del acusado fue superada por una prueba contundente, consistente y coherente, (…) Alirio Gualdrón Rojas aprovechó la relación de confianza y de vulnerabilidad de la menor para sustraerla y asesinarla con sevicia, ocultar su cuerpo y mentir sistemáticamente ante las autoridades y ante la familia".
Asimismo, se confirmó en engaño a la menor, “la forma en la que se dio la sustracción de la niña, la promesa del acusado de supuestamente ir a tumbar frutas”.
Se halló el cuerpo en zona boscosa, con lesiones múltiples que le había producido y la cercanía de los objetos como su cédula, las chanclas reposadas y la ropa mojada del acusado en su vivienda.
Condenan a 56 años arrendador culpable del feminicidio de Kerly Cuevas
A 56 años de cárcel fue condenado Alirio Gualdrón por el feminicidio de Kerly Cuevas, una menor de apenas ocho años que fue asesinada a golpes.
Con videos de cámaras de seguridad y las pruebas pactadas en el juicio, se logró documentar no solo el recorrido del acusado desde su residencia hasta la zona boscosa, sino además que solo Gualdrón entra y sale del lugar y no hubo intervención de terceros con los que se descartara la acción del acusado.


