En el centro histórico de Cartagena, venezolanas se dedican a prestar servicios sexuales

La necesidad ha obligado a mujeres venezolanas a salir de país y buscar unas mejores condiciones de vida en otros territorios. Sin embargo, las puertas que han tocado para buscar un empleo digno no se abren y la única salida para sobrevivir y enviar algo de dinero a sus familiares es ejerciendo el trabajo sexual. 

La torre del reloj en Cartagena se convirtió además de un atractivo turístico, el lugar de encuentro de estas mujeres en horas de la noche, aseguran que de 100 chicas que se dedican al trabajo sexual en el centro histórico, 85 son de Venezuela. 

"Hay maestras, abogadas, infinidades de profesionales trabajando aquí en lo mismo, pero bueno nos tocó", señaló una de las mujeres venezolanas que presta sus servicios sexuales en Cartagena.

Afirman que la competencia es dura, pues Cartagena se ha vuelto una ciudad muy apetecida por los turistas y hay muchas mujeres que se dedican a la prostitución. Lo poco que ganan lo envían para que sus padres e hijos tengan dinero para comprar medicinas y comprar comida. 

"No trabajamos aquí para darnos lujos, sino para que nuestros familiares coman tres veces al día", explica una trabajadora sexual venezolana.

El Distrito manifestó que las autoridades están en alerta y no permitirán que en la ciudad se presente un turismo sexual, donde estén involucrados, menores.

Fernando Niño, secretario del Interior de Cartagena señaló que hay "trabajos y campañas permanentes con todas las autoridades para que realicen inteligencia y que podamos encontrar que quienes puedan ser los responsables de ejercer turismo sexual en Cartagena". 

La única esperanza de estas mujeres está en que una entidad internacional intervenga en el problema de Venezuela y así ponerle fin al viacrucis que viven miles de familias.