Las 72 horas de angustia por la búsqueda de la víctima en la tragedia del Tequendama

Justo cuando la familia de Gerardo Segura tenía más esperanzas de encontrarlo con vida, los socorristas que completaron 72 horas de búsqueda en el Salto del Tequendama confirmaron la noticia de su muerte este viernes.

El cadáver que permanecía ilocalizable a pesar del despliegue que hicieron durante tres días bomberos de San Antonio, Cachipay, Soacha, Defensa Civil y Cruz Roja por fin fue detectado; estaba a doscientos metros del carro incrustado entre vegetación y rocas.

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La primera pista de esta tragedia quedó a un lado de la vía entre Soacha y San Antonio del Tequendama. En el kilómetro 8 la defensa delantera del vehículo quedó a orillas del precipicio por donde salió proyectado el automóvil en la madrugada del martes 21 de septiembre.

En las primeras horas de búsqueda quedó claro que la cantidad de rebotes que experimentó el automóvil y su ocupante fueron extremadamente violentos durante los 700 metros que rodó sin control por el abismo. La prueba innegable era el pedazo de acero en el que quedó convertido el automóvil tipo Chevrolet Aveo, de placas RMW778, de color rojo y que en las bitácoras del puesto de mando fue el primer elemento hallado por las unidades de rescate.

Al día siguiente, en un rango de búsqueda más amplio, otro grupo de Bomberos encontró el vidrio panorámico, el celular y documentos comerciales de la víctima, pero del conductor no había rastro por lo que la tercera jornada de se reforzó con personal de Defensa Civil.

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Justo cuando se realizaba el noveno descenso por cuerdas en rocas de hasta cien metros, un equipo de Bomberos de San Antonio del Tequendama que ya había ingresado a la zona en la mañana de viernes dio aviso del hallazgo del conductor.

Las maniobras de rescate en este momento están concentradas en la extracción del cuerpo y la entrega al CTI de la Fiscalía, que deberá adelantar la investigación para saber qué ocurrió esa madrugada del accidente. 

Los análisis que se logren realizar al cuerpo recuperado y a la máquina siniestrada en el lugar donde quedó darán claridad sobre cuál de las versiones es la correcta en este caso; el estallido de una llanta que hizo que Gerardo perdiera el control de su carro, o  un error de cálculo en la curva, producto del consumo de bebidas embriagantes, o si la víctima realmente tuvo la intención de morir dejando rodar su auto por el borde del Mirador del Águila.

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