Mariana, una bebé milagro que desafió la presión de la muerte
La pequeña se cayó en una piscina de su casa en Cali, pero desafió todos los pronósticos y volvió a la vida.
Noticias RCN
10:20 p. m.
Mariana es una bebé que se ahogó en una piscina de Cali y que pese a las reanimaciones que le hicieron en el sitio, no volvía. Sin embargo, su familia cuenta cómo un milagro desafió la implacable presión de la muerte.
Los familiares de Mariana cuentan que todo ocurrió un 22 de diciembre cuando el hijo mayor de Diana Carolina Rodríguez y Gerardo Aristizábal cumplía 6 años. El pequeño quiso ser despertado a la madrugada con regalos y celebraciones.
Durante la mañana, su papá salió con él. Diana se quedó con Mariana organizando la decoración de la fiesta de cumpleaños.
“Lo había llevado a otro lugar para que no viera la decoración, no dañarle la sorpresa y estábamos en un lugar con juegos donde le gusta estar, pero ese día me dijo: ya me quiero ir”, cuenta Gerardo.
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Mientras tanto, en casa todo estaba a punto de quedar listo para pasar una tarde con familia y amigos. Pero el bullicio festivo se apagó repentinamente.
“En ese momento Marianita, que estaba en edad de gatear, me hace una expresión de querer bajarse porque yo la tenía cargada. Cuando la pongo a mi lado, en el lugar donde ocurrió el accidente, la niña estaba cubierta, había personas alrededor, muebles e incluso mesas tapando con manteles la piscina”.
Y en segundos todo cambió. Diana recuerda gritar al ver a Mariana dentro de la piscina y lanzarse para sacarla lo más pronto posible del agua.
“Yo sentí que mi vida ahí se había acabado, no pude sino clamar dentro de la piscina, golpeaba las aguas, lloraba muchísimo"
Mucha angustia, había demasiada angustia en mi corazón
Su papá también pensó en que todo había acabado, incluso dice que su mente se revolucionó hasta el punto de pensar que a partir de este momento iba a tener que vivir sin su pequeña hija.
“Sentir sus labios contra mis labios, en el momento darle respiración boca completamente frío, o sea, realmente sentir que no había vida en ella muy fuerte como papá”.
Ante tal tragedia, Dios puso en el camino a uno de sus ángeles: Febrich Londoño, una de las decoradoras de la fiesta que aún seguía en el lugar. “Cuando salí a ayudar, que vi la niña, estaba toda morada, los ojos blancos; empecé a darle reanimación”, asegura. Febrich había estado un mes antes recibiendo un curso en primeros auxilios.
Cada compresión en el pecho de Gerardo era la lucha contra el ahogamiento que amenazaba con llevarse a Mariana.
“Cuando vi que no respondía, salí corriendo con ella a llevarla al hospital más cercano (…) Me bajo corriendo la calle y entro con ella al hospital"
Entro gritando a ese lugar: mi hija se ahogó, ayúdeme
Un difícil diagnóstico médico no daba esperanza, pero Mariana es una bebé milagro
Luis Felipe Piedrahita, médico de urgencias, afirma que “Mariana ingresó, según la historia clínica, en un estado de hipotonía total, en un estado en el cual no tenía ningún tipo de reflejo. Una saturación de oxígeno en el 60% (…) En niños, personas adultas, ancianas es por encima de 92%. Una saturación por debajo de 92% ya condiciona la vida, máximo hasta 85%. Una saturación de 60% es incompatible con la vida. Lo cual nos decía que Mariana estaba o había estado en un paro cardiorrespiratorio”.
Aunque Mariana, de tan solo un año, tuvo ahogamiento de tercer grado, la lucha que ella misma dio en la piscina permitió quedar boca arriba en el agua. Situación que no dejó que entrara más líquido en el cerebro.
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Fue en ese primer centro de salud donde Mariana rompió la quietud con su suspiro restaurador. El milagro de la nueva vida estaba hecho.
“La mandan a cuidados intensivos y después de los días que ella estuvo en cuidados intensivos llega la doctora con los resultados de cómo estaba su cerebro y cómo estaban sus pulmones"
La doctora nos dice ustedes son muy afortunados
Los médicos del Hospital Valle de Lili, donde estuvo en observación por 48 horas, hablan de la bebé milagro, aquella que desafió todos los pronósticos.
“Nosotros somos muy arriesgados y nos toca la ciencia lo que es comprobable, pero cuando a ti te dicen que de 100 niños se salvan 10 y de los 10 hay dos que quedan perfectos y tú conocer uno de esos dos, que en el caso es Mariana, pues toca sí o sí pegar la fe con la ciencia porque no hay otra explicación al caso”, puntualiza el doctor Piedrahita.
Hoy Mariana, la niña que emergió de las aguas celebra la vida. Su historia recuerda que incluso cuando el destino parece sellado el milagro persiste como un acto de resistencia contra las adversidades.