Menores de edad son explotadas sexualmente en el centro de Bogotá

En la calle 22 con carrera 13, pleno centro de Bogotá, un grupo de jóvenes que no superan los 17 años esperan a cualquier conductor o transeúnte que busque sus servicios. Todas ellas ofrecen su cuerpo por sumas irrisorias, que van desde los 2.000 hasta los 20.000 pesos.

Mientras esperan, en medio de la noche, fuman marihuana e inhalan pegante, algo que, según una de ellas, les ayuda a enfrentar el intenso frío.

Dicen que la menor de todas tiene 14 años y que la mayoría ya son madres, solas, que con el poco dinero que consiguen de la prostitución sostienen sus hogares.

Cada una de ellas guarda una historia detrás de cómo llegó a ofrecer su cuerpo en las aceras del centro de la capital. La mayoría provenientes de hogares disfuncionales en los que incluso desde más pequeñas eran abusadas.

Pese a ser espacio público, deben pagar por ofrecer su cuerpo en ese lugar; una suma que oscila entre los 10.000 y 15.000 pesos.

La mayoría espera los primeros rayos del sol para finalizar su jornada y recoger a sus hijos en un jardín infantil cercano que administra el Distrito.

No saben qué es planificar ni los daños que las drogas les causan. Sin embargo, cada noche hablan sobre la posibilidad de dejar de ofrecer sus cuerpos y brindarle un futuro diferente a sus familias.

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