Sobreviviente del terremoto de Armenia cuenta su historia 20 años después

“Lo que más tengo en mi presencia es que ella me dijo papito y yo le dije madre, y nos fuimos abrazando y no me acuerdo más, porque en ese momento nos cayó la casa encima”.

Julio César Bonilla tenía 30 años el día del terremoto. Había estado en el Sinaí con el Ejército colombiano y era deportista.

“Yo era fisicoculturista, ese fue mi deporte favorito. Las pesas y deporte brusco, la lucha libre, eran la pasión mía”.

La casa de Julio Cesar fue la única que se cayó en el barrio Villa Andrea, por eso sus vecinos lo pudieron socorrer.

“Yo les dije quítenme todo de encima, y me dijeron Julito ya le quitamos todo, o sea, no podía moverme”.

Recuerda que una camioneta fue usada como ambulancia para llevarlo al hospital.

El abrazo de Julio con su mamá el día del terremoto quedó pendiente. Después de varios días en la clínica se enteró que las paredes de su casa los habían separado para siempre.

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“Cuando llegó el momento en que le pregunté a mi hermano, ¿Isra en qué auxiliaron a mamá?, me dijo en el carro que iba usted. Inmediatamente sentí un baldado de agua fría, se me fue el mundo, porque me di cuenta que la persona que murió al lado mío, era mi mamá", cuenta Julio César.

Después de superar la depresión y tras 20 años, este profesional en deporte es promotor deportivo del Indera y entrena siete equipos de porrismo en Armenia. 

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