Unidad Investigativa: pruebas balísticas a los chalecos antibalas de la UNP

Existen unas 200 compañías que tienen la certificación del Instituto de Justicia de los Estados Unidos para garantizar prendas blindadas, en Colombia solo dos, entre esas la de Miguel Caballero. Ni la marca ISBI, ni la Kejo de los chalecos blindados que usan algunos escoltas de la Unidad de Protección y sobre los que hemos denunciado irregularidades, cuentan con esa certificación de seguridad.

Por esto, decidimos hacer otra prueba balística en similares condiciones con los chalecos antibala que si tienen la certificación de seguridad. Advertimos que las imágenes pueden ser sensibles.

Como se aprecia no quedo ningún trauma luego de la prueba al chaleco certificado, y de las mismas características solicitadas por la UNP, mientras que es evidente la lesión que dejo el disparo al chaleco ISBI no certificado pero que debería cumplir con los requisitos exigidos por la Unidad Nacional de Protección a sus contratistas, incluso el trauma es notorio días después según evidencian las fotos que pedimos posteriormente a la misma persona que se expuso a la prueba.

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Fuimos más allá y me ofrecí a probar la efectividad de la prenda blindada certificada bajo todas las medidas de seguridad.

Ni minutos después del disparo a quema ropa con un revólver 38 largo o en días posteriores a la prueba, quedé con alguna lesión similar a la que dejó el impacto con los chalecos ISBI no certificados, sin embargo, el fabricante aseguró que su lesión es normal.

Un chaleco certificado en el mercado, tiene un valor promedio de 1.600.000 pesos. Los chalecos objeto de la denuncia, según la factura, costaron 600.000 pesos cada uno.

Acudimos a los escoltas de la Unidad de Protección que usaron los chalecos ISBI y a los que aún portan los Kejo, objeto de esta denuncia. Pero se abstuvieron de hablar en cámaras por temor a represalias, entonces buscamos unos al azar.

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Prosegur y S.O.S, las empresas responsables de suministrar los chalecos blindados a la UNP por contrato, no aceptaron preguntas de la Unidad Investigativa sobre la denuncia, solo contestaron por escrito.

Como hemos evidenciado, algunos de los chalecos antibala que usan algunos protegidos y escoltas que prestan sus servicios a la UNP, no están certificados, no han pasado algunas pruebas balísticas y hay otros de los que ni se puede determinar su procedencia.

Pero estas no son las únicas irregularidades, hay varias de las prendas, incluso, certificadas, que ya están vencidas.

La seguridad de los amenazados del país está en poder de ocho empresas privadas, por ahora detectamos en dos de ellas irregularidades con algunos chalecos blindados que dan a los escoltas de la Unidad Nacional de Protección, pero serán las autoridades las que determinen si todas las prendas blindadas que suministran los proveedores cumplen con las garantías de seguridad.