Con referéndum, Luxemburgo decide si permite a los extranjeros votar

Luxemburgo celebraba este domingo un referéndum sin precedentes para decidir si otorga a los extranjeros, que representan el 46% de la población, el derecho a votar en las elecciones legislativas.

Los 244.382 electores luxemburgueses, de una población total de 565.000 habitantes, deberán responder a tres preguntas destinadas a "modernizar" el país, como lo desea su primer ministro, Xavier Bettel, un liberal de 42 años elegido a finales de 2013.

Si gana el "sí", Luxemburgo se convertirá en el primer país de la Unión Europea en conceder el derecho de voto a los extranjeros en las elecciones generales.

Los 613 colegios electorales, que abrieron a las 08H00 (06H00 GMT) cerrarán a las 14H00 (12H00 GMT). Se espera que los resultados lleguen al final de la tarde.

Un voto positivo equivaldría a "un 'sí' por tener más democracia, un 'sí' por la juventud, un 'sí' por la diversidad", declaró Bettel a la AFP el sábado mientras hacía campaña en el centro de la capital.

"En las próximas elecciones, cuatro de cada 10 personas podrán decir si están satisfechas con mi política o no. Ningún otro país del mundo, quizás Dubái, alcanza nuestro nivel de déficit democrático", consideró el primer ministro en la prensa.

"Miremos por donde miremos no hay otro país en Europa en donde sólo 40% de su población elige a sus representantes", agregó Bettel.

Otorgar el derecho a voto a los extranjeros que residen en Luxemburgo desde hace más de 10 años concierne sobre todo a numerosos europeos, en primer lugar portugueses, que representan 16,4% de la población. Los extranjeros no europeos constituyen el 7% de la población.

El tema divide profundamente a los luxemburgueses, que temen la dilución de su influencia en la sociedad teniendo en cuenta que los extranjeros ya son indispensables a la economía de ese país enclavado entre Francia, Bélgica y Alemania.

Este nuevo electorado, más joven y que trabaja principalmente en el sector privado, podría modificar profundamente el paisaje político, pues la mayoría de los electores actuales son de mayor edad y se dedican a la función pública.

El "sí" cuenta con el respaldo de la coalición en el poder, formada por liberales, ecologistas y socialistas, así como de los principales actores de la economía y de la sociedad civil.

En cambio, el partido socialcristiano, CSV, del exprimer ministro Jean Claude Juncker, hizo campaña por el "no", considerando que era preferible flexibilizar las condiciones de acceso a la nacionalidad luxemburguesa.

A pesar de ello, los jóvenes del partido, el CSJ, se pronunciaron a favor de la medida.

Los electores también deberán pronunciarse sobre la edad mínima para poder votar, que podría ser rebajada a los 16 años, y sobre un límite a los mandatos de ministros a 10 años consecutivos, que se aplicaría retroactivamente a los miembros del gobierno que asumieron en 2013.

Una cuarta pregunta sobre si el Estado debe o no continuar pagando los sueldos de responsables de diferentes religiones fue abandonada tras un acuerdo para instaurar una partida presupuestaria para financiar la vida religiosa.

AFP