¿Qué le pasaran a los corgis de la reina Isabel II?

Como se conoce, todos los perros de la reina vienen de su primera mascota: Susan, pero en 2015 la reina dio fin a la cría de estos perros en la realeza, pues no quería dejar a ningún cachorro solo, tras su vejez. 

En 2018, el último corgi de la reina Isabel II, Whisper, murió, pero la historia de amor de Su Majestad con los perros no terminó ahí. Dos de sus dorgis, una mezcla entre perro salchicha y corgi, Vulcan y Candy, y Fergus y Muick, quien recibió tras la muerte de su esposo el Principe Phillip. 

Aunque tanto Vulcan como Fergus han fallecido, tres de las queridas mascotas de la reina se han quedado atrás tras su muerte este pasado jueves. En los días posteriores al fallecimiento de la reina, se pensó que un miembro de la familia volvería a alojar a los perros. La corresponsal real Victoria Arbiter dijo: "Solo podemos especular sobre los planes para los corgis: nada se deja al azar con la familia real". 

Si no los toma un miembro de la familia real, alguno de los miembros del personal de confianza se haría cargo de estos, pues ella estaba rodeada de personas que amaban los animales igual que ella. 

Tuvo un amor de por vida por sus mascotas corgis, quienes la acompañaron durante las vacaciones y los eventos oficiales en el Palacio de Buckingham, su luna de miel e incluso aparecieron en sus fotos oficiales. Se les daba de comer gourmet, conejo, bistec y verduras preparadas por los chefs reales. Los corgis recibían sus propias medias en Navidad por parte de la Reina, y esta las llenaba de juguetes y golosinas para perros. 

El palacio de Buckingham tiene 775 habitaciones, pero los corgi dormían en el apartamento privado de la reina. Estos también contaban con una habitación especial llena de cestas y cojines para mantenerlos calientes durante los inviernos.  

Hasta el momento, se conoce que en su familia el amor por estos perros está presente. Se ha confirmado que Sandy y Muick serán enviados a vivir con el príncipe Andrew y Sarah, duquesa de York, en Royal Lodge, una mansión en los terrenos de Windsor. Según fuentes, estos dos cachorros fueron regalados a la Reina por Sarah y el duque. 

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