Según las autoridades, la banda solo robaba relojes avaluados entre los 20 y los 75 millones de pesos. La estructura criminal delinquía en el norte de Bogotá, Medellín y Cartagena.
Desde 2016 eran buscados por la Sijín de la Policía de Bogotá. Seis de los integrantes vivían en los barrios Manrique y Campo Valdés al nororiente de Medellín. Viajaban cada dos semanas a Bogotá para robar, vender los relojes y luego regresaban a la capital antioqueña.
Concentraban su actividad criminal en cuatro puntos de la capital: el Parque de la 93, Usaquén, la zona G y el aeropuerto El Dorado.
En su ‘modus operandi’ un campanero identificaba a las víctimas y por teléfono daba las instrucciones a sus compañeros para iniciar el seguimiento y realizar el robo.
Al menos 30 personas fueron víctimas de la banda, entre quienes se encuentran el cantante vallenato Rafael Santos, a quien le robaron un valioso reloj herencia de su padre Diomedes Díaz; magistrados, abogados, exreinas de belleza, turistas extranjeros y hasta empleados estatales.