Es cosa de mujeres

“Mujeres, por favor elijan mejor con quien se meten”, dirían algunos que, aunque aparentan mostrarse en contra de las violencias, continúan justificando los actos de hombres fuera de control mediante culpas que recaen por completo en las víctimas.

Hace más de una semana, el país se consternó con el feminicidio de Valentina Trespalacios. Días después con el de María Camila Plazas, la niña de 10 años asesinada por un hombre que acababa de salir de prisión tras pagar 14 meses por delitos sexuales y que intentó abusar de ella también. Parece absurdo, pero es real.

Inmediatamente, y sin preocuparse siquiera por los nombres de las otras mujeres que, por lo menos este año, han sido blanco de la violencia sistemática y estructural de esta sociedad, empezaron a salir en redes sociales unos personajes con ínfulas de deconstruidos, de aliados feministas, de protectores del “género femenino”, asegurando por supuesto que no están de acuerdo con lo que pasó, pero…

Claro que siempre hay un ‘pero’ y más cuando se trata de justificar lo injustificable. “Pero quién la manda a meterse con un tipo que no conocía”, “pero ella lo que quería era que se la llevara del país”, pero ella… siempre ese ‘pero’ que derrumba la frontera entre la desaprobación y la complacencia.

Como si después de estar muertas ya no fuéramos motivo de respeto o de empatía. Como si el dolor de nuestras familias fuera el show del momento que hay que aprovechar solo por un par de clics o un poco de rating porque, además, pasamos de ver titulares de “crímenes pasionales”, a leer las “justificaciones, razones, motivos” del agresor para llegar a lo que hizo.

No entiendo qué puede haber hecho una para terminar violada o asesinada.

Pensar que es cosa nuestra evitar que nos maten, que nos acosen o que nos violen, no solo es egoísta, es completamente injustificado y apartado de la realidad: una en la que los hombres crecen repitiendo que a las mujeres no se les toca ni con el pétalo de una rosa, pero que hacen chistes sobre feminicidios, se pasan fotos íntimas de mujeres que deciden confiar en ellos, se aprovechan de la amiga que está tomada o simplemente guardan silencio respecto a lo que sucede frente a sus ojos.

No es solo cosa nuestra la irresponsabilidad de un Estado que se queda callado cuando nos matan, ni es cosa nuestra el actuar de una sociedad que se lava las manos exigiéndonos ser más cautelosas y cuidarnos más, pero que no se ocupa en educar a sus hombres para respetarnos y vernos como sus pares.

Los feminicidios son cosa de todos. Las violencias basadas en género son cosa de todos. El respeto a las víctimas es cosa de todos.

Nuestra lucha y nuestra rabia son legítimas, se justifican todos los días y no necesitamos que las aprueben, solo que, por favor: las respeten.

Editora de género de NoticiasRCN.com
@humoazul_