Un manejo lamentable | Por: Fernando Posada
El manejo del gobierno del presidente Duque de la crisis política desatada con motivo de la detención del expresidente Uribe ha dejado mucho por desear.
05:36 a. m.
Por: Fernando Posada*
@fernandoposada_ en Twitter
El manejo del gobierno del presidente Iván Duque de la crisis política desatada con motivo de la detención del expresidente Álvaro Uribe ha dejado mucho por desear. El gobierno ha perdido una oportunidad de demostrar la autonomía deseable que cualquier gobierno debería ofrecerle a la ciudadanía que gobierna.
Desde hace más de dos semanas, el presidente Iván Duque mantiene un mensaje en defensa del expresidente Uribe en su cuenta oficial de Twitter, una red a la que millones de personas acceden en busca de información. Hasta la fecha sigue siendo su trino fijado. Esta imagen resume mejor que cualquier otra cosa la manera en que el actual gobierno ha enfrentado el revuelo político causado por la orden de arresto contra el expresidente Uribe. Dejando mucho por desear, el presidente Duque ha insistido en convertir su Presidencia de la República en un capítulo de la defensa de su mentor político.
De manera calculada, con el claro objetivo de acercarse a su partido político y a sus electores, el presidente Duque ha aprovechado cada una de sus entrevistas recientes, así como alocuciones y mensajes en redes sociales, para defender públicamente al expresidente Uribe y desafiar la autonomía de las Cortes.
Con esta decisión, el presidente Duque ha perdido una oportunidad como pocas para conseguir tres logros que bastante habrían ayudado a su proyecto político como gobernante: en primer lugar, demostrar que si bien fue elegido por un partido político con unas tesis puntuales, como presidente de la República debería estar en la capacidad y el derecho de gobernar con autonomía. En segundo lugar, que el gobierno nacional es respetuoso de las decisiones de las cortes.
En tercer lugar, y sin duda el punto más importante, el presidente Duque no parece caer en cuenta que antes de ser el presidente de la facción uribista que lo eligió, es también el presidente de todos los colombianos. Su estrategia debería estar encaminada hacia la unidad y la representación de todos.
Así mismo, la posición de denunciar una supuesta persecución política en su contra es delirante y lejana de la realidad. El partido de gobierno es actualmente el partido político más poderoso de Colombia, habiendo elegido Presidente de la República, la bancada más grande del Congreso y controlando la Fiscalía y muy pronto la Procuraduría.
¿Cómo es que el partido más poderoso pueda posar de víctima y de perseguido, como si se tratara de una minoría sin poder? Esta narrativa es inaceptable y solo busca desconocer las decisiones de una rama judicial a la cual el gobierno debe garantizar su debida y total independencia.
*Politólogo y analista político