Justicia a la carta | Por: Fernando Rojas
Es claro que la justicia en Colombia requiere de una reforma desde hace años, pero debe ser para dar garantías a los colombianos y colombianas.
05:59 a. m.
Por: Fernando Rojas*
@ferrojasparra en Twitter
En un sistema democrático la justicia no puede hacerse a la medida de alguien ni a la carta. Desafortunadamente en Colombia la idea de que la justicia es para los de ruana se convirtió en la regla general. Si uno tiene poder o está bien conectado, la impunidad y el trato preferencial están asegurados.
Quiero citar un ejemplo reciente de esta situación. Este fin de semana el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, en una entrevista a un medio de comunicación, durante casi dos horas y treinta minutos de diatriba, dejó en evidencia que la única justicia que le sirve es la que se ajuste a sus intereses.
Cada una de sus respuestas fue estratégicamente presentada para sembrar dudas en cómo la justicia ha llevado la investigación para deslegitimar cualquier decisión en su contra.
Al contar su versión, sin ser controvertido, Uribe buscó que su historia fuera de dominio general, creíble y que lo victimizara.
De forma reiterada insistía en nombres, fechas, reuniones, conversaciones, versiones. Una avalancha de información que avasalló a las entrevistadoras y confundió a sectores de la opinión pública. Y en esa confusión está su fuerza.
Al decir que está secuestrado, usa una figura poderosa en un país en que dicha práctica, usada recurrentemente por guerrilla, hizo sufrir a miles de familias a lo largo y ancho de Colombia, y se pone en el papel de víctima. Sin embargo, en la justicia Colombia existe la figura de detención preventiva. No es un invento contra él.
Esto lo usa también para mostrarse como perseguido por una supuesta conspiración en la que participan magistrados y políticos de izquierda. De ahí la insistencia en la falta de garantías a lo largo del proceso, la no revisión de pruebas o no aceptación de testimonios. Es claro que a Uribe la justicia colombiana no le sirve. Incluso propone que para su caso se cree un tribunal de honor para que lo investigue. Una figura hecha a su medida.
Otro aspecto importante fue que, a pesar de quejarse de la politización de su proceso, Uribe es el primero en sacarle provecho político a lo que está sucediendo cuando hace referencia a un supuesto riesgo en las próximas elecciones. En todos sus argumentos, Uribe quiere se absuelto a la carta. Es lo único que le sirve.
Es claro que la justicia en Colombia requiere de una reforma desde hace años, pero debe ser para dar garantías a los colombianos y colombianas, no para satisfacer los caprichos del caudillo.
* Politólogo. Doctor en Historia con maestrías en Gestión Urbana e Historia