La nueva movilidad | Por: Fernando Rojas
Implica lograr que quienes se mueven en carro comprendan y sean parte del profundo proceso de transformación que estamos atravesando.
06:00 a. m.
Por: Fernando Rojas*
@ferrojasparra en Twitter
Es claro que en estos meses nuestras vidas dieron un giro total. El Covid 19 demostró la necesidad de aprender a vivir, a trabajar, a relacionarnos, a cuidarnos y a movernos de manera diferente.
Barcelona, durante la primera etapa de la pandemia puso en marcha un plan de movilidad post Covid. Nuevos corredores para bicicleta, aumentó la red de carriles de buses, amplió andenes y peatonalizó algunas calles.
Aunque en principio fueron provisionales, en este momento se consideran claves para la transformación de la movilidad de la ciudad y las están dejando de forma permanente. Eso sí, mejorando la comunicación, divulgación y pedagogía.
También busca utilizar materiales en las intervenciones más amigables con el medio ambiente. Y finalmente, que estén mejor articuladas con el resto de la ciudad.
Londres, Berlín, Budapest, Bruselas, Nueva York, Montreal, México, entre otras ciudades, le apuestan a la transformación de la movilidad con la promoción del uso de la bicicleta, el mejoramiento del espacio público y una distribución más eficiente del limitado espacio urbano existente.
De forma transversal está la preocupación con el calentamiento global y la búsqueda de formas de movilidad más amigables con el medio ambiente.
En ese sentido, un transporte público de calidad, eficiente, confiable, digno y seguro es fundamental, como lo he mencionado en otras ocasiones.
Esto claramente significa limitar el espacio del carro e incentivar que su uso sea racional y responsable. Implica lograr que quienes se mueven en carro comprendan y sean parte del profundo proceso de transformación que estamos atravesando. No será fácil, por eso debemos redoblar los esfuerzos.
¿Estamos preparados en Colombia para esta transformación? ¿Qué acciones está liderando el gobierno nacional de cara a la movilidad post Covid? ¿Cuál es la responsabilidad de los gobiernos locales en este proceso? Pero, sobre todo, ¿cómo vinculamos a las personas para cambiar una inercia de tanto arraigo, como la cultura del carro en nuestro país?
Como lo he dicho en varias ocasiones, no soy partidario de copiar experiencias de otras ciudades. Pero no se puede desconocer que tenemos una gran oportunidad para construir unas mejores ciudades en Colombia.
* Politólogo. Doctor en Historia con maestrías en Gestión Urbana e Historia