Sin miedo al virus | Por: Fernando Rojas
La terminación de las cuarentenas o el reinicio de ciertas actividades no significa que el peligro pasó o que ya todos estamos a salvo.
06:00 a. m.
Por: Fernando Rojas*
@ferrojasparra en Twitter
Durante los primeros meses del Coronavirus, en todo el mundo, se transmitió la idea, errada, de que el Covid-19 era una enfermedad de los más viejos. La atención en el cuidado se centró en las personas mayores y en las que tenían alguna o varias comorbilidades. Sin embargo, hoy las alarmas se prenden también por los menores de 40 años.
La Organización Mundial de la Salud ha llamado la atención sobre el riesgo, cada vez alto, de que las personas menores de 40 contagien a los mayores. Por ejemplo, recientemente su director para el Pacífico Occidental, Takeshi Kasai, dijo que "Las personas de 20, 30 y 40 años están impulsando cada vez más la propagación. Muchos no saben que están infectados. Esto aumenta el riesgo de que se extienda a los más vulnerables".
Dos tercios de los pacientes en Japón, Filipinas y Australia así lo confirman. En Argentina, el 50 por ciento de los nuevos casos se encuentran en estos rangos de edad. En España los gobiernos regionales reforzaron las pruebas masivas a las personas entre 15 y 45 años. En Alemania, durante la Semana Santa el promedio de edad de los positivos era de 52 años, mientras que hoy es de 32.
Los médicos llamaron la atención para que, durante el verano europeo, la alegría de las vacaciones y la emoción del reencuentro, no dispararan el contagio. Era previsible que aumentara el número de contactos y con ello, el riesgo. En otros países tuvieron que reimponer restricciones a estos grupos para evitar una nueva crisis de salud.
Con la desescalada, muchas personas, principalmente los jóvenes menores de 40, relajaron las medidas de prevención. Las reuniones de amigos, las fiestas clandestinas y los paseos, entre otras actividades, sumadas a un imaginario de inmunidad, los llevó a quitarse el tapabocas y a correr riesgos innecesarios que ponen en peligro su salud y la de las personas que los rodean. En pocas palabras, los menores de 40 le perdieron el miedo al virus.
No obstante, algo que no se puede perder de vista es que la terminación de las cuarentenas o el reinicio de ciertas actividades no significa que el peligro pasó o que ya todos estamos a salvo. Por el contrario, es un llamado a la responsabilidad y al autocuidado. Los expertos señalan que hay que diseñar una comunicación específica para los diferentes grupos con el fin de lograr que los mensajes calen y que no hay esfuerzo público que dé resultados sin el compromiso ciudadano.
En Colombia el riesgo aumenta por el cansancio y porque en muchas zonas aún no llega el pico. Sin embargo, estamos frente a un momento en donde la solidaridad es fundamental. Es un momento en donde tenemos que hacer un balance entre lo que me gustaría y quiero hacer y lo que puedo y no puedo hacer para protegerme a mí y a los demás.
* Politólogo. Doctor en Historia con maestrías en Gestión Urbana e Historia