Un cumpleaños en medio de la zozobra | Por: Fernando Rojas

Por: Fernando Rojas*

@ferrojasparra en Twitter  

El 6 de agosto de 1538 Gonzalo Jiménez de Quesada fundó Santafé de Bogotá. Eso significa que este jueves celebraremos 482 años de existencia de nuestra ciudad. Han sido años de tensiones y transformaciones. 

Fuimos un pueblo durante siglos. Lejos del mar, de ríos, con poca comunicación y enclavado en una sabana éramos una isla en las montañas. A comienzos del siglo XX Bogotá iba de la iglesia de San Diego hasta San Cristóbal y desde Egipto hasta la Estación de la Sabana. 

Fue durante las primeras tres décadas del mismo siglo que hubo un esfuerzo por modernizar a Bogotá y romper con la ciudad colonial. En eso ayudó la instalación de redes de servicios público, los ferrocarriles del norte y occidente, el desarrollo de Chapinero y la llegada de arquitectos extranjeros que ayudaron a pensar y a construir el espacio urbano en barrios como Teusaquillo.

La muerte de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948 y el bogotazo generaron una de las mayores destrucciones de la ciudad. Aún están en el imaginario bogotano los tranvías y edificios incendiados. La Violencia política que se desató entre liberales y conservadores, principalmente en el campo, aceleró la llegada de inmigrantes a la capital y con ellos el crecimiento de la ciudad. 

Durante las décadas siguientes Bogotá siguió creciendo en tamaño y en población, al tiempo en que se vio desbordada y con limitada capacidad para responder a las necesidades de sus habitantes. Desorden, inseguridad, retraso en infraestructura, trancones e incivismo, entre muchos otros problemas eran pan de cada día. Mientras tanto, una clase media se consolidó y se convirtió en motor de la ciudad. Cientos de miles de familias encontraron vivienda, trabajo y educación. A pesar de las dificultades, Bogotá se convirtió en una ciudad de oportunidades.  

La llegada del nuevo siglo fue un tenso despertar. Con ansias de ser una ciudad moderna por fin, osciló, con frustración y sin respuestas, entre la izquierda y la derecha. Aunque fue escenario y víctima del peor robo de su historia a manos de un alcalde y sus secuaces, no se dio por vencida y siguió adelante. 

La historia de Bogotá no ha sido un camino de flores. Pero en 2020 el coronavirus llegó y generó una crisis devastadora que nos ha puesto contra las cuerdas. Por eso, este cumpleaños es diferente. No es propiamente una celebración. Bogotá cumple 482 años en medio de la zozobra de sus habitantes y los estragos sociales y económicos de una pandemia que se ensaña contra los más vulnerables. Confío en que encontraremos un camino y saldremos más fuertes. 

A pesar de las dificultades, no debemos dejar de sentirnos orgullosos de ser bogotanos y de estar dispuestos a construir una mejor ciudad.

*Politólogo y columnista de opinión.