La Propiedad y el Estado | Por: Gabriel Aramburo

Por: Gabriel Aramburo*
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Es bien sabido que el derecho más importante es el derecho a la vida, porque si usted no está vivo no puede ejercer ni gozar ningún otro derecho. También, es más o menos bien sabido que, el segundo derecho más importante es el de la libertad --con todas sus ramificaciones y expresiones--. Porque la libertad es inherente al ser humano como también lo es su capacidad de pensar.

De manera que, si no somos libres y si no podemos pensar, no podemos ser del todo humanos.

Ahora, en vista de esto, muchos en Colombia piensan que la mejor forma de mejorar nuestra calidad de vida y sacar a Colombia del atraso y del subdesarrollo es defendiendo la vida, es priorizando los pocos recursos en la defensa de la vida, porque en Colombia la vida es barata y nos la quitan por muchas razones que no están justificadas.

Otros en Colombia sostienen que la mejor forma de sacarnos del atraso y el subdesarrollo es defendiendo la libertad, porque en Colombia ni nos podemos mover libremente por el territorio ni, muchas veces, podemos decir lo que pensamos libremente porque nos matan.

En eso estamos de acuerdo, en el diagnóstico. Pero no estoy de acuerdo con que la forma para sacarnos del desatraso o del subdesarrollo sea priorizando la defensa de la vida ni de la libertad, sino la del sistema de derechos de propiedad.

¿Por qué? porque la historia nos ha demostrado que las sociedades más prósperas, más respetuosas de la libertad y, por ende, de la vida, logran esto, materializan esto, a través de un respeto muy firme por la propiedad ajena. Las sociedades que castigan al que hace trampa, que incumplen las promesas, que le hacen “maniobras” a las reglas para sacar intereses particulares sobre los generales, son las sociedades que más han prosperado. Los ejemplos siempre han estado ahí: desde Roma, pasando por Japón, hasta Alemania, hasta el Reino Unido, hasta Estados Unidos, y muchos otros ejemplos.

Solamente si tenemos un sistema de propiedad robusto, con reglas claras y que no dependan de quien obtenga un turno en el gobierno para ser cambiadas, que de la noche a la mañana nos puedan cambiar las reglas de juego, pues vamos a salir adelante como sociedad.

La propiedad, amigos, no es un “regalo” que nos hace el Estado, no es un “favor” que nos está haciendo el Estado ni depende del Estado. Sus zapatos no son suyos ni su tierra es suya porque una ley lo dice, no.

La propiedad es una interacción social, espontánea, natural de los seres humanos con el entorno que los rodea. Y el Estado fue creado para dar cuenta de esa interacción.

En resumidas cuentas, la propiedad no existe gracias al Estado, el Estado existe gracias a los propietarios que lo constituyeron para que protegiesen esa propiedad. No al revés.

* Director de Acción Legislativa – Libertank. Abogado. Magíster en Derecho Internacional y Seguridad.

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