Pasión con prudencia | Por: María Fernanda Navia
Siempre habrá algo que se llama el factor sorpresa: condiciones que en un segundo pueden cambiar, que no están en manos de nadie y que pueden cambiar la vida.
05:59 a. m.
Por: María Fernanda Navia C.*
@MafeNaviaC en Twitter
La prudencia, el respeto y la defensa por la vida debe provenir de todos por igual. Conductores, peatones, ciclistas y motociclistas. Todos tienen el mismo derecho, pero también la misma responsabilidad de protegerse unos a otros.
Hemos visto constantemente en las noticias informes sobre accidentes fatales y algunos otros que corrieron con mejor suerte, pero todos se hubieran podido evitar si se transita por donde corresponde y si se controla la velocidad. Es decir, siendo consientes y prudentes. Además, acatando las leyes, unas leyes que tal vez no son tan claras para todos.
Tanto conductores de vehículos y motos como ciclistas no deben confiarse en exceso de su destreza, pueden ser muy hábiles y expertos y sentir que cumplen su sueño de ser deportistas de alto rendimiento, que están corriendo desde el Giro de Italia hasta el circuito de Mónaco.
Pero siempre habrá algo que se llama el factor sorpresa: condiciones que en un segundo pueden cambiar, que no están en manos de nadie y que pueden cambiar la vida en un instante.
Son varios mis motivos para hablar con pasión sobre este tema: el primero, mi papá amaba la bicicleta y admiraba a los ciclistas, amor que me heredó y me inculcó enseñándonos a mis hermanos y a mí a pedalear desde muy temprano.
Toda la vida la bicicleta ha estado muy presente. Cuando representé a Bogotá en el año 2000, los capitalinos estábamos estrenando las ciclorrutas, las recorrí conociendo las distintas obras de la capital y disfruté como nunca mi ciudad de la mano de la Alcaldía.
A propósito, creo que fue de los mejores momentos de desarrollo y crecimiento de la capital. Nunca he dejado de pedalear, pero si algo le voy a agradecer a esta pandemia es que me convirtió en una ciclista más apasionada comprometida, dedicada y consiente.
Todo este preámbulo para decirles que la pandemia incrementó esta pasión en muchos, muchos ciclistas. Un 62.3 por ciento con respecto al 2019, para ser más exacta.
Pero así mismo, ha aumentado el número de accidentes y víctimas fatales. “En lo que va de este año, 136 ciclistas han sido víctimas de accidentes viales: 101 quedaron lesionados y 35 fallecieron. Los ciclistas son el 15 por ciento del total de lesionados en las vías”.
Hace unas semanas, subiendo por una calle de Bogotá, un conductor decidió acelerar al máximo y pasarme casi rosando por mi lado izquierdo, solo para asustarme. Por su puesto lo logró y aunque logré no dejarme caer contra el andén, mi esposo me dijo: “tal vez ibas muy abierta, pilas con eso”. Seguramente tenía razón, debí ir mucho más pegada a la orilla, de pronto fui imprudente.
Pero no deja de darme tristeza pensar que para un conductor como este tal vez --su impaciencia, su furia, o su deseo de burla simplemente-- la que fuera su emoción en ese instante, estaba por encima de la seguridad de un ser humano, nunca pensó en las consecuencias.
Tal vez como ocurrió con el conductor del furgón del puente de La Caro en Chía, que hace 15 días cobró la vida de José Antonio Duarte. No se sabe con exactitud qué llevó al conductor del vehículo a embestir al ciclista, eso solo lo sabe él. Alguna imprudencia en todo caso: ¿quitó su mirada del camino tal vez? ¿Algo lo distrajo? Creo que todos preferimos pensar que fue eso. O por lo menos yo me inclino siempre por pensar lo mejor de las personas.
Considero que las normas con respecto a todos los actores y su relación en las vías deberían ser más claras, más exactas, más estrictas y sobre todo mejor comunicadas y expuestas por todas partes.
Recordándonos a todos: ciclistas, peatones y conductores, constantemente, y visiblemente exagerar en la prevención. Creo que esta es la mejor opción y de esta manera todos vamos a disfrutar en mayor medida y con más tranquilidad nuestra pasión.
*Periodista y presentadora