Hacia una industria agrícola más sostenible
Los logros de esta industria no solo son motivo de orgullo, sino un llamado a que todo el sector agrícola redoble sus esfuerzos por ser cada vez más amigable con el medio ambiente y la biodiversidad.
09:33 a. m.
La publicación del segundo ‘Informe de Sostenibilidad 2023-2024’ de la Cámara Procultivos de la ANDI es mucho más que una rendición de cuentas: es una señal de que la industria de protección y nutrición de cultivos en Colombia entiende los desafíos ambientales y sociales que enfrenta el campo y asume su papel protagónico en la transformación hacia una agricultura verdaderamente sostenible.
Uno de los logros del Informe es su alineación con los estándares internacionales del Global Reporting Initiative (GRI) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esto, además de aportar transparencia y rigurosidad, ubica a Procultivos y a sus 11 empresas afiliadas como referentes de buenas prácticas en Colombia. Desde su fundación en 1990, la cámara ha sido clave en el desarrollo rural y la seguridad alimentaria, pero hoy su bandera es la sostenibilidad, impulsada por valores como la innovación, la responsabilidad ambiental y el trabajo colaborativo.
Las cifras hablan por sí solas: cerca del 50 % de las empresas afiliadas a Procultivos ya tiene metas claras de carbononeutralidad al 2050 y ha implementado innovaciones tecnológicas para reducir emisiones y mejorar la eficiencia energética. Además, cabe destacar la reducción del consumo de agua en un 20 % en el último año y la siembra de más de 2 millones de árboles en programas de reforestación. A su vez, la gestión de residuos muestra una tasa de aprovechamiento de entre 35 y 65 %, con compañías que incluso han alcanzado el ‘cero residuos’ en rellenos sanitarios.
Programas como CuidAgro, Mentes Fértiles, el Plan de Atención de Emergencias Químicas (PAEQ) y el Manejo Integrado de Cultivos (MIC) son la columna vertebral de estos avances. El MIC, por ejemplo, logró que los productores de mango que participaron del modelo aplicaran un 77 % las recomendaciones técnicas, lo que significó un aumento de la producción en un 26 % y una reducción del 15 % en la incidencia de plagas y enfermedades en el cultivo, un claro ejemplo de cómo la sostenibilidad puede ser sinónimo de productividad y rentabilidad.
La industria también muestra un fuerte compromiso con la biodiversidad: ninguna de sus operaciones afecta áreas protegidas y, además, participa en iniciativas de conservación de cuencas hidrográficas, vitales para el equilibrio ecológico. La cadena de suministro evidencia responsabilidad, priorizando proveedores nacionales (97 % en 2024) y criterios de selección alineados con derechos humanos.
El impacto social es igualmente relevante. Entre 2023 y 2024, la industria generó 6.000 empleos directos y cerca de 59.000 empleos indirectos, con un aumento notable en la participación femenina, así como la inclusión de jóvenes y personas con discapacidad. Además, en las 11 empresas aglutinadas en la cámara se han fortalecido políticas de diversidad, equidad de género y no discriminación.
El informe no es autocomplaciente, por el contrario, reconoce los retos y prioriza 14 temas materiales a través de la escucha activa de sus grupos de interés, lo que permite una gestión más efectiva de los impactos ambientales, sociales y de gobernanza. La gobernanza participativa, la capacitación en derechos humanos y la transparencia en el etiquetado normativo demuestran que la sostenibilidad empresarial va mucho más allá del discurso.
Los logros de esta industria no solo son motivo de orgullo, sino un llamado a que todo el sector agrícola redoble sus esfuerzos por ser cada vez más amigable con el medio ambiente y la biodiversidad. El desarrollo del campo colombiano depende, en buena medida, de que el sector capitalice su liderazgo para multiplicar ejemplos de innovación responsable, ética y compromiso con las generaciones futuras.