La marcha del silencio
Creamos en Colombia, en la amplia mayoría de personas buenas, que desde sus distintas ideologías no tienen un deseo distinto a un país mejor.
03:53 p. m.
Colombia no se va a rendir ante los violentos. El atentado a Miguel Uribe, en medio del dolor y el repudio que produce, logró unir a un país cansado de la polarización y los discursos de odio.
Ver a precandidatos de distintas orillas en NOTICIAS RCN, sentados en un mismo espacio, no para debatir ni para argumentar propuestas de campaña, sino para repudiar la violencia y el terrible atentado a Miguel, demuestra que la grandeza de este país está por encima de los colores políticos. Que más allá de los discursos de odio que arrancan del propio presidente Gustavo Petro, hay algo que todavía nos une y es el repudio a la guerra y el contundente rechazo a repetir una época que tanto dolor trajo a Colombia décadas atrás.
Padecimos en los ochenta y noventa la violencia política de la historia reciente más cruenta, de la que creímos que no saldríamos. El narcotráfico a punta de sembrar el miedo con corrupción, bombas y asesinatos selectivos logró poner en jaque la institucionalidad, la democracia. Pero no logró vencerla.
De la mano de la investigación de la Fiscalía, que tiene que llegar prontamente a esclarecer quién está detrás del atentado contra Miguel, el rechazo social debe ser contundente. No hay espacio para cálculos de ningún tipo, no hay ninguna bandera que se pueda proclamar como organizadora de la marcha de mañana. Somos todos, sin colores, a demostrar que aquí por pensar diferente no admitimos una muerte más.
Que en medio de este vacío tan profundo, crezca también la esperanza. Creamos en Colombia, en la amplia mayoría de personas buenas, que desde sus distintas ideologías no tienen un deseo distinto a un país mejor. A darle un mensaje contundente a quienes creen que pueden silenciar las ideas con las balas.
Y a Miguel. Un joven que conocí cuando apenas comenzaba su carrera política como concejal. Un hombre bueno, que supo perdonar a quienes le arrancaron apenas siendo un niño a su mamá. Un papá, un esposo, un hijo. Espero desde lo más profundo de mi corazón que no pare la lucha por su vida, porque este país lo necesita.