¡Qué complejo es ser buen hijo!
La familia constituye la primera relación del niño con adultos, el padre, la madre, sus hermanos y una institución social, la familia.
07:40 a. m.
Leticia es una muchacha de dieciséis años remitida a psicología por problemas de auto devaluación; se considera a sí misma “poca cosa”. Muy grave porque casi siempre evoluciona hacia depresión. Su afectograma como hija nos da una primera pista esencial. Pocas preguntas son tan importantes como esta: ¿Es buena hija?
La familia constituye la primera relación del niño con adultos, el padre, la madre, sus hermanos y con una institución social, la familia. Diversos estudios muestran que constituye la matriz relacional para los próximos estadios, si opera bien debemos esperar que ocurrirá similar en los siguientes escalones evolutivos. El pequeño crea un vínculo sólido y nutritivo con sus padres y hermanos tendrá poderosas ventajas adaptativas en los retos posteriores.
Pero también lo contrario. Si el pequeño niño o niña arranca mal, las cosas pueden ponerse peores en adelante; ni más ni menos que en el delicado recorrido por el colegio. Donde los profesores no serán tan afectuosos como sus padres, ni sus compañeros como sus hermanitos, y la institución escolar misma es más compleja que su cálido hogar.
De este nudo súper complejo de relaciones surge el primer embrión de auto valoración, precisamente el que responde la pregunta crucial como hijo. ¿Eres un buen hijo?
El significado de ser buen hijo
A pesar de la importancia decisiva de este el primer rol humano para la vida presente y futura del niño, los psicólogos sabemos poco de su naturaleza. Tal vez lo único fuerte viene de la psicología social para la cual como cualquier rol incluye cuatro componentes:
1. Afectos
2. Conocimientos
3. Motivaciones
4. Armonías
Al conectar con otras personas cada componente de ser hijo resulta bidireccional: proyectivo e introyectivo. Proyectivo, del niño hacia sus padres, hermano y hogar, e introyectivo, de ellos hacia el o la hija. En total ocho componentes. Significa que ser buen hijo requiere:
1. Querer a los padres, hermanos y al hogar
2. Ganarse sus afectos
3. Conocerlos
4. Interesarlos por conocerlo a él o ella
5. Motivarse para conversar, compartir y ayudar en la casa
6. Lograr que los demás se interesen por interactuar con él
7. Desconflictuar posibles tensiones que nunca faltan
8. Y que los demás procedan igual, crenado un ambiente lo más armónico posible
Si lo piensas un momento, llegar a ser un buen hijo define una tarea psicológica inmensa. Las posibilidades de fallar en uno o en varios de estos delicados componentes parecen enormes.
El afectograma de Leticia
Tienes frente a ti es llamativo afectograma de Leticia. Lo primero es magnífico, ella ama y se sabe amada por sus padres, un logro definitivo para cualquier muchacho. El componente afectivo del rol opera muy bien, con flecha doble bidireccional.
Sin embargo, hay una falla grave cognitiva en el rol. Leticia prácticamente desconoce a sus padres (1). Y siente que ellos la conocen poco (4). Tema central para trabajar en las próximas semanas.
Similar ocurre con las motivaciones, aunque menos. Ella se motiva por conversar, compartir y ayudar en la casa, si bien siente que ellos se motivan poco por interactuar con ella. Tema para profundizar.
Leticia aporta para evitar las tensiones, molestias, conflictos en su hogar; más que sus familiares.
¿Eres buen hijo? Las 8 preguntas iniciales
1. ____ Amas a tus padres, hermanos y estas orgulloso de tu hogar
2. ____ A ellos les ocurre similar
3. ____ En verdad, los conoces
4. ____ Ellos te conocen
5. ____ Te motiva conversar, compartir y ayudar en la casa
6. ____ A ellos les ocurre igual
7. ____ Aportas para evitar las tensiones, molestias, conflictos en tu hogar
8. ____ Ellos procedan igual
@migueldezubiria en Twitter
*Creador de Pedagogía conceptual y de Psicología afectiva. Premio Nacional de Psicología 2021