Café con chigüiros: la nueva atracción turística de Florida que enamora en redes
Una experiencia única en Estados Unidos que permite interactuar con capibaras mientras se apoya la protección de especies.
Noticias RCN
07:31 p. m.
En Florida, una propuesta innovadora está cautivando a turistas y amantes de los animales: el Café Capibara, un espacio donde los visitantes pueden convivir con los roedores más grandes del mundo y, al mismo tiempo, contribuir a la conservación animal.
Con sedes en San Agustín y San Petersburgo, este emprendimiento combina educación, contacto directo con la naturaleza y un modelo de negocio sostenible.
Por una tarifa de 50 dólares, los asistentes reservan un encuentro de 30 minutos para alimentar, acariciar y aprender sobre chigüiros en compañía de expertos. En promedio, cada local recibe unas 200 personas al día, lo que demuestra la alta demanda de esta experiencia.
El proyecto, liderado por Stephanie Ángel, destina sus ingresos a la financiación del santuario Noah’s Ark, hogar de animales rescatados como lémures, armadillos y puercoespines.
Chigüiros felices y voluntarios
Uno de los aspectos más destacados de esta iniciativa es el bienestar animal. Actualmente, el Café Capibara cuenta con 12 ejemplares, todos rescatados o provenientes de zoológicos. Según Ángel, la participación de los capibaras es voluntaria: "Si los animales no quieren ir, no tienen que ir. A veces son seis, otras cuatro, según quieran".
Además de los encuentros, el café vende productos como camisetas, tazas y peluches con forma de capibara, cuyos ingresos se destinan al mantenimiento y expansión del santuario. La estrategia ha permitido no solo cubrir gastos operativos, sino también realizar donaciones semanales a otras organizaciones sin fines de lucro.
Expansión y compromiso con la conservación
El éxito del Café Capibara ha impulsado planes de crecimiento. En menos de un año, se proyecta abrir una tercera sede para atender la creciente demanda. Paralelamente, el santuario Noah’s Ark prepara su apertura al público, lo que permitirá a más personas conocer de cerca los programas de rescate y rehabilitación de animales.
Esta propuesta demuestra que el turismo puede ser una herramienta poderosa para educar, inspirar y financiar proyectos de protección animal. La experiencia no solo deja una huella en los visitantes, sino que también marca una diferencia real en la vida de especies vulnerables.
