¿Qué está pasando con las muertes por intoxicación con drogas durante eventos de jóvenes?

La pérdida de dos vidas en medio de una fiesta electrónica en un bar de la localidad de Chapinero, en Bogotá, nuevamente genera alerta sobre el consumo de sustancias psicoactivas en estos escenarios.

Arles Ardila y Miguel Ángel Rodríguez (ambos de 20 años) fueron los dos jóvenes que murieron en medio de una fiesta de ‘tecnho’ en la capital. Según se ha conocido, el pasado sábado 11 de febrero llegaron al bar Studio 64 con la idea de disfrutar de la música y compartir con algunos amigos.

En medio de la oscuridad y algunas luces láser que permitían vislumbrar su paso por el bar, ambos jóvenes decidieron consumir algunas drogas. El hermano de uno de ellos comentó que estando allí y con la euforia de la fiesta empezaron a mezclar sustancias como éxtasis, tusibi, pop-per y marihuana.

Precisamente, cuando estos jóvenes planearon asistir a la fiesta tenían la idea de pasar un momento agradable, pero no previeron que la mezcla de este ‘coctel de drogas’ podría acabar con sus vidas. Ambos fueron llevados a centros de salud, pero el resultado fue el mismo: murieron por intoxicación. 

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Ahora sus familiares y amigos reclaman por las condiciones del bar en el que ocurrió la fiesta y en donde consumieron estas sustancias. En esa noche del sábado, algunos de los asistentes ya advertían por las falencias en la organización del evento: la ventilación era escasa y las versiones apuntan a que tampoco había suministro de agua potable. 

También hubo algunos asistentes que reclamaron que el recinto había superado el aforo e incluso se dice que no es la primera vez que esto sucedía en un evento organizado por la empresa Metamorphosis: Fetish in Wonderland.

Lo cierto es que esta combinación de factores habría llevado a un trágico final en el que empiezan a ser señalados responsables y se acusa sobre la negligencia alrededor de la organización y logística. ¿Pero qué explica estos casos?

¿Un auge letal?

NoticiasRCN.com habló con Julián Quintero, investigador de la Corporación Acción Técnica Social a la que pertenece el proyecto ‘Échele Cabeza’, sobre los factores que podrían estar relacionados con estos casos que generan alerta, no solo por el consumo de sustancias psicoactivas, sino por el papel que deberían cumplir los organizadores y autoridades para mitigar el riesgo en la salud de los asistentes.

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Él explica que hay factores de contexto determinantes y que tienen que ver con la postpandemia. Además, sugiere que los espectáculos masivos de entretenimiento, ocio y socialización tuvieron un crecimiento exponencial en todo el mundo. Esto estaría generando  el interés de los jóvenes por asistir masivamente.

¿Cree que el consumo irresponsable se debe a la diversificación de drogas en las fiestas?

Uno podría decir que en principio el consumo irresponsable se da por la falta de información y de educación. El enfoque de la prohibición no permite hablar de drogas y cuando tú puedes hablar de drogas, puedes responder de manera tranquila a una persona las dudas que tenga frente a la dosis, frente a la mezcla, frente al contexto, frente a la predisposición.

Pero cuando hoy en día uno se atreve o intenta hablar con los jóvenes que tienen estas inquietudes sobre el consumo de sustancias, las autoridades dicen que se está promoviendo el consumo. Por lo que gran parte de la irresponsabilidad de los muchachos radica en el modelo de prohibición en el cual tenemos que movernos y no les permite tener información.

¿Qué acciones se deberían tomar para evitar esta clase de hechos?

Básicamente, yo creo que aquí hay cosas que tienen que ser cumplidas. Lo que nos dimos cuenta este fin de semana es que hubo fallas claras en el aforo del lugar, vendieron casi el doble las boletas y tampoco había acceso a agua.

Tiene que haber acceso mínimo vital de agua, tiene que haber propuesta de servicios de reducción de riesgos y daños. También tiene que haber personal idóneo de la logística que sea capaz de responder de manera inmediata a una crisis, pero también del cuerpo médico que sepa atender crisis por intoxicación de drogas.

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Por el lado de las personas consumidoras, definitivamente tienen que conocer muy bien qué es lo que están consumiendo, darse cuenta de que están en un mercado ilegal, darse cuenta de que no hay que mezclar la sustancias.

¿Cuál cree que debería ser el enfoque: no consumo de drogas o consumo responsable?

Definitivamente, el enfoque de no consumo de drogas fracasó. Creería que el concepto adecuado es gestión de placeres y reducción daños, es decir, minimizar al máximo el impacto negativo de las sustancias psicoactivas en el cuerpo para evitar los daños.