40 años del Holocausto del Palacio de Justicia: las 28 horas que estremecieron a Colombia
Un día como hoy, hace 40 años, el país fue testigo del asalto al Palacio de Justicia, un episodio que dejó una herida profunda en la historia nacional y marcó el destino de cientos de inocentes.
Noticias RCN
07:52 a. m.
Desde el minuto cero, el asalto al Palacio de Justicia por parte del M-19 y la posterior respuesta de la Fuerza Pública marcaron una cadena de hechos que, durante 28 horas, pusieron a magistrados y a cientos de civiles frente al episodio más cruento que haya vivido Bogotá.
Basados en el Informe Final de la Comisión de la Verdad, la periodista Nancy Velasco reconstruye los hechos que iniciaron aquella mañana del 6 de noviembre de 1985, cuando siete guerrilleros del M-19 ingresaron al edificio de la Corte Suprema entre las 10:30 y las 11:00 a. m. Lo hicieron vestidos de civil, aprovechando que los detectores de metal habían sido retirados días antes.
Su misión: preparar el terreno para el ingreso del comando principal, que minutos más tarde irrumpió a sangre y fuego por el parqueadero de la carrera octava.
El inicio del asalto
A las 11:30 a. m., dos vehículos con 28 guerrilleros rompieron el acceso e iniciaron un ataque indiscriminado, asesinando a dos vigilantes e iniciando el secuestro de magistrados y empleados. Mientras tanto, en la Casa de Nariño —a escasos 300 metros— el presidente Belisario Betancur fue informado casi de inmediato, aunque las primeras órdenes oficiales llegarían después de la 1:00 p. m.
La respuesta militar se activó desde la Brigada 13 y el Batallón Guardia Presidencial. Tanques Urutu y Cascabel comenzaron el ingreso al Palacio por el sótano y la entrada principal, generando los primeros incendios. La Casa del Florero se convirtió en el centro de mando del operativo, bajo la dirección del general Jesús Armando Arias Cabrales.
El fuego, el clamor y la tragedia
Hacia las 2:00 de la tarde, el fuego cruzado se intensificó. Los guerrilleros, al mando de Andrés Almarales y Luis Otero, usaron a los rehenes como escudos humanos. En medio del caos, el presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, imploró por radio al presidente Betancur que ordenara un cese al fuego. Su súplica nunca fue atendida.
Esa noche, el Palacio ardió en llamas. Las explosiones internas, el uso de rockets y las cargas explosivas convirtieron el edificio en un infierno. La mayoría de las víctimas perdieron la vida el mismo 6 de noviembre. Al amanecer del día siguiente, unas 60 personas resistían en un baño entre el segundo y tercer piso, el último bastión de la tragedia.
El último infierno
El 7 de noviembre, hacia la 1:30 de la tarde, la llamada Operación Rastrillo dio por terminado el asalto. Los sobrevivientes fueron evacuados, muchos con graves heridas físicas y psicológicas. Otros desaparecieron sin dejar rastro.
El Holocausto del Palacio de Justicia dejó más de un centenar de muertos, 11 desaparecidos y una verdad fragmentada que, cuatro décadas después, aún sigue en búsqueda de justicia.

