Monedas de oro desvelan secretos del galeón San José
Un puñado de monedas de oro, desgastadas por el tiempo, podría reescribir la historia naval más célebre del Caribe colombiano.
Noticias RCN
10:42 a. m.
Se trata de las cobs halladas a 600 metros de profundidad junto a los restos del galeón San José. Su estudio no solo fija una fecha clave para el naufragio: también revela el largo viaje del oro desde los Andes peruanos hasta las ferias de Portobelo y Cartagena. Con ayuda de robots submarinos y modelos 3D, la Armada y arqueólogos nacionales descifran, moneda a moneda, el misterio del “santo grial” de los pecios hispano‑americanos.
¿Qué son las cobs y por qué importan?
Las cobs o macuquinas fueron la divisa estrella del imperio español durante más de dos siglos. Irregulares y labradas a martillo, cada pieza de ocho escudos condensaba el valor de una fortuna portátil. Las que reposan en el galeón San José muestran la cruz de Jerusalén y los pilares de Hércules con la marca “L‑8‑H” del ensayador limeño Francisco de Hurtado, además del año 1707. Eso sitúa el hundimiento después de esa fecha y confirma que el cargamento formaba parte de los tributos que el virrey peruano Marqués de Castelldosrius ordenó enviar a España.

Tecnología subacuática al servicio de la historia
A 600 m de profundidad la luz escasea y la visibilidad es mínima. Por eso la Armada de Colombia emplea desde 2021 un ROV Saab Seaeye Lynx equipado con cámaras 4K y brazos de precisión. En la primera misión de 2024, los técnicos cartografiaron nuevas zonas de interés y tomaron más de 30.000 imágenes de alta resolución que alimentan modelos fotogramétricos y ortofoto-mosaicos del fondo marino. Estos gemelos digitales permiten estudiar la ubicación exacta de cada moneda sin remover un solo gramo de sedimento.
El viaje del oro: de Puno a la Lima colonial
Las pruebas metalográficas apuntan a que el oro procedía de minas en Puno y Huamanga. Una vez fundido en Lima, el tesoro cruzó el istmo de Panamá rumbo a Portobelo para embarcarse en la Flota de Tierra Firme, encabezada por el San José. El hallazgo respalda los registros de 1708 que mencionan un cargamento de 11 millones de pesos en metales preciosos, ahora valorado en más de 20.000 millones de dólares.
Implicaciones para la disputa legal y patrimonial
El estudio de las monedas refuerza la identificación del pecio y aviva el debate sobre su futuro. La idea de una “primera extracción controlada” entre marzo y mayo de 2024 ya fue anunciada por el Ministerio de las Culturas, aunque bajo el compromiso de priorizar la investigación científica sobre cualquier interés.
A la par, un estudio académico de 2025 cuestiona la versión oficial sobre las causas exactas del hundimiento y la posición de los restos, añadiendo presión al Gobierno para publicar todos los datos.
Próximos pasos: ¿excavación o conservación in situ?
Más de 1.100 piezas —incluidas porcelanas, cañones y lingotes— han sido catalogadas en las últimas inmersiones, y los expertos debaten si extraer objetos clave o mantener el yacimiento intacto como laboratorio submarino. Además, la presencia de 29 especies marinas inéditas en la zona convierte al pecio en un micro‑ecosistema cuya alteración podría afectar la biodiversidad local. Por ahora, el plan oficial avala campañas “cero impacto” mientras se define un marco legal que salvaguarde tanto el patrimonio cultural como el medioambiente.