Como último deseo, joven que se sometió a la eutanasia pidió que llevaran donativos a su funeral para ayudar a los animales
Lejos de querer un velorio ostentoso o lleno de flores, Ángela Mariño pidió que llevaran a su despedida concentrado para perros y gatos sin un hogar.
Noticias RCN
07:23 a. m.
La activista Ángela Mariño dejó este mundo por lo alto. Antes de someterse a la eutanasia por un cáncer agresivo con el que lidiaba desde los 12 años, compartió la que sería su última voluntad junto a su amiga, la veterinaria Karla Capio, en redes sociales.
Lejos de querer flores o un funeral ostentoso, Angelita, como le decían sus amigos, pidió a quienes tenían pensado asistir a su velorio llevar donativos para perros y gatos, que Capio pudiera entregar a una fundación:
“Me gustaría que otras personas se sumaran a esta forma de despedir a los que nos vamos, haciendo algo más significativo que gastar un montón de dinero en flores que se van a pudrir y no genera un impacto positivo, como si lo podría tener dejar un legado”.
El legado de Ángela Mariño, una joven que vivió hasta el último día por los animales:
Su legado, según comentó, será el respeto y el amor por los animales que descubrió a temprana edad y compartió con los suyos.
“Lo que yo quiero que hagan en mi reunión de despedida es que cada uno lleve a una fundación o algún sitio que ayude animales concentrado para perro o alimento para gato. Me gustaría que vistan de colores y que compartan, que hablen del legado que me gustaría dejar, que no sean indiferentes ante el sufrimiento de los animales”, indicó en el video.
Y es que, si bien murió joven, entendió que “como seres humanos nos creemos el centro del universo, los que tienen derecho a destrozar el planeta” y es algo que tiene que cambiar.
Karla continuará su legado e invitó a otras personas a darle un significado distinto a la muerte:
Antes de que Angelita compartiera sus últimas palabras ante la cámara, su amiga Karla admitió que se trataba de uno “de los videos más difíciles de grabar. Angelita es una amiga que quiero mucho y tiene una enfermedad muy complicada, pero, afortunadamente, tiene acceso a una muerte digna y ella tomó esa decisión”.
Su invitación no se limitó a cumplir el deseo de Angelita, invitó a otros a seguir sus pasos. Una tarea en la que se comprometió con su amiga, antes de despedirse:
“Normalicemos resignificar la muerte y que cuando despidamos a una persona que se va de este mundo sea de otra manera”.
Angelita murió la segunda semana de octubre y, hasta el último momento, conservó su deseo de ayudar, así como su sentido del humor, con el que dijo: “Voy a tener mi fundación en el cielo”.

