Concejal Martínez asegura que no se fugó de la Policía

A las 2 de la tarde de este lunes el concejal Carlos Enrique Martínez salió de la Unidad de Reacción Inmediata donde estaba detenido.

Horas antes había protagonizado la peligrosa persecución por las calles de Bogotá. 24 horas después quedó libre y habló con los periodistas.

Según el concejal, las peligrosas imágenes de la persecución no fueron una fuga sino que él le manifestó a la Policía que se acercaran a la unidad militar más cercana para continuar el procedimiento.

"No fue una fuga, simplemente me acerqué a la unidad militar más cercana para que se realizara el proceso que se realizó”, dice Martínez.

Las imágenes de Noticias RCN narran con exactitud lo que ocurrió. Se ven las patrullas, camiones, motorizados y hasta policías en taxi que fueron necesarios para tratar de detener al concejal.

Su temeraria carrera en contravía y cruzando semáforos en rojo, terminó muy cerca de los alojamientos de la Escuela de Cadetes, un fuerte militar.

“Yo le manifesté a ellos que se acercaran a la unidad militar más cercana porque no era la forma como me pararon. Efectivamente lo hice y así se continuó con el procedimiento”, asegura.

“Me pararon a tiros en las llantas. Si verifican la situación cuando me retuvieron por primera vez ya tenía dos llantas rotas, yo ahí paré y después me rompieron las otras dos llantas”, afirma Martínez.

El concejal se refiere a una imagen que también captó Noticias RCN, cuando fue requerido insistentemente por los agentes de Policía su camioneta estaba pinchada. La grabación, que es detallada, nunca registra una conversación entre los uniformados y el concejal.

La versión de que el concejal acudió a la escuela en busca de protección la ratificó su mamá.

“Él solamente quería llegar a un sitio donde se sintiera seguro y resguardado, porque él confía en su Ejército y por eso hizo lo que hizo. Es lo que yo me atrevo a decir, porque la Escuela Militar es su casa, él estudió allá, él es uno de esos muchos héroes que tenemos en este país que en un momento de su vida tomó la decisión de dar su vida por los demás y entró a una universidad que se llama Escuela Militar a estudiar para dar su vida por los demás”, afirma María Clara Gallego, madre del concejal.

A su salida de los despachos el concejal recalcó que su prueba de alcoholemia dio negativa.

“El examen de Medicina Legal aporta que no tenía grado de alcoholemia y gracias a eso ahora recobro mi libertad y continuará el proceso”, insiste el concejal.

Pero no mencionó que dicha prueba fue realizada al menos seis horas después de la peligrosa persecución.

Con la prueba negativa y a pesar de la huida, los semáforos en rojo, los peligrosos cruces en contravía y la irrupción en una guarnición militar, la Fiscalía no le imputó cargos.

Tampoco pesó mucho que el concejal tiene antecedentes por disparos en vía pública, agresión a policías y una denuncia por supuesto robo que le interpuso su padrastro.

“Es una persona maravillosa, ustedes no se imaginan la clase de hijo y de ser humano que es. Repito: estaba de malas”, agrega la madre del concejal.

Cuando Carlos  Enrique Martínez Gallego abordó el vehículo que lo recogió en los juzgados, espontáneos le gritaron improperios.