Déficit de energía eléctrica en Colombia: por qué el país enfrenta un riesgo crítico en 2026
Colombia se acerca a un punto crítico en su sistema eléctrico. Si la generación de energía no aumenta en el corto plazo, el país podría enfrentar un desbalance serio entre la oferta y la demanda, con consecuencias que van desde el aumento de precios hasta la posibilidad de racionamientos.
Noticias RCN
09:25 a. m.
Las cuentas del operador del sistema advierten que el margen de seguridad energética ya se agotó y que el déficit podría profundizarse en 2026. Detrás de cada bombillo encendido hay un delicado equilibrio técnico que hoy está bajo presión, en medio del crecimiento de las ciudades, el consumo y el retraso de nuevos proyectos de generación.
Déficit de energía eléctrica en Colombia: una alerta que ya está encendida
Cada mañana, cuando suena el despertador y se enciende la luz, millones de colombianos entran sin saberlo en un cálculo matemático que el sistema eléctrico realizó con un día de anticipación. Ese equilibrio entre lo que se genera y lo que se consume es el que hoy comienza a fallar. Según el operador del sistema, Colombia ya presenta un déficit de energía firme cercano al 1,5 %, una cifra que rompe con el histórico margen de seguridad del país.
Durante décadas, Colombia mantuvo un balance saludable entre oferta y demanda, con excedentes que oscilaban entre el 10 % y el 15 %. Ese colchón permitía responder a sequías, fallas técnicas o picos de consumo. Hoy, ese margen prácticamente desapareció.
XM y el riesgo de un desbalance entre oferta y demanda
El sistema eléctrico puede enfrentar dos tipos de desequilibrio: cuando hay demasiada energía sin consumo, o cuando la demanda supera la capacidad de generación. En el primer caso, el sistema puede apagar plantas para estabilizar la red. En el segundo, el escenario es mucho más delicado: lo que se apagan son hogares, comercios y ciudades enteras.
De acuerdo con XM, Colombia avanza peligrosamente hacia este segundo escenario. Para 2025 el déficit ya es una realidad y, si no entran nuevos proyectos, en 2026 podría alcanzar al menos el 3,5 %, un nivel que compromete la confiabilidad del sistema.
Cómo funciona el sistema eléctrico y por qué puede fallar
Desde centros de control como Nova, el centro inteligente de Celsia en el Valle del Cauca, se monitorea minuto a minuto el comportamiento energético del país. Cualquier variación en la demanda, una falla en la red o una salida inesperada de generación genera alertas inmediatas.
Cuando se pierde el equilibrio, se produce un evento de frecuencia. Las plantas deben reaccionar en segundos para compensar la falla. Si esa recuperación no ocurre a tiempo, el riesgo es mayor: un apagón de alcance nacional. Hoy el sistema aún responde, pero lo hace con un margen cada vez más estrecho.
Proyectos de generación retrasados y presión sobre los precios
Las empresas del sector coinciden en un punto clave: Colombia está perdiendo tiempo valioso. En los últimos cuatro años, varios proyectos de generación se han retrasado, reduciendo la entrada de nueva oferta al sistema.
Los operadores de red necesitan garantizar energía suficiente para atender a millones de hogares y empresas. Si la oferta no crece al ritmo de la demanda, el resultado es inevitable: menos energía disponible y precios más altos. En un mercado ajustado, cada megavatio cuenta.
Crecimiento urbano y mayor consumo de energía en Colombia
La presión sobre el sistema no es casual. El crecimiento de las ciudades, la masificación de electrodomésticos, la digitalización, la electrificación del transporte y los nuevos hábitos de consumo hacen que la demanda de energía aumente año tras año.
Es una tendencia natural del desarrollo. Sin embargo, sin nuevas plantas de generación —hidroeléctricas, solares, eólicas o térmicas— el sistema pierde capacidad de respuesta frente a ese crecimiento.
El futuro de la energía eléctrica en Colombia
El mensaje de los expertos es claro: es urgente poner en marcha los proyectos de generación que hoy están frenados. De lo contrario, el país se enfrentará a un escenario de alta vulnerabilidad energética en los próximos dos años.
La energía eléctrica no es solo un servicio básico, es la columna vertebral de la economía y la vida cotidiana. Garantizar su suministro será uno de los mayores desafíos estratégicos de Colombia en el corto y mediano plazo.
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