Cardenal Luis José Rueda visitó a Miguel Uribe y se reunió con el presidente Petro. ¿Qué le dijo?
El arzobispo de Bogotá habló con José Manuel Acevedo de su visita a Miguel Uribe y el encuentro que tuvo con el presidente Gustavo Petro.
El cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, visitó a Miguel Uribe, estuvo con el presidente Gustavo Petro y en diálogo con José Manuel Acevedo habló de esos encuentros, de la situación del país, de la reforma laboral y la consulta popular.
¿Qué decirle a los colombianos desesperanzados, que dicen: no vamos a ninguna parte, la violencia nos ganó esta partida?
Primero, que la violencia y la muerte no nos pueden ganar la partida, pero que eso depende de nosotros. Segundo, que no perdamos la esperanza y que eso implica que todos estemos dispuestos a aportar. Y tercero, que en medio de los conflictos no podemos huir, no podemos tener miedo. Tener la convicción, nosotros los cristianos católicos, de que Cristo ha dicho, yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.
¿Cómo evalúa lo que pasó con el senador Miguel Uribe?¿Qué nos está pasando?
Creo que la situación y lo que estamos viviendo con el atentado al senador Miguel Uribe Turbay es un campanazo muy fuerte. Nosotros rechazamos con dolor ese acto y todos los actos similares. Nos solidarizamos con la familia del doctor Uribe Turbay, con los médicos de la Fundación Santa Fe que están atendiendo, con todos aquellos que hacen parte positiva de asumir este doloroso momento y de salir.
Pero estamos diciendo, es necesario que este campanazo de alerta lo asumamos con conciencia de patria y con esperanza. Y decir, hagamos todo lo que sea necesario para que las sinergias nos ayuden a salvar el país.
Usted pudo estar unos minutos con Miguel Uribe en la Fundación Santa Fe. ¿Se vale creer en los milagros?
Desde luego, es necesario. ¿El milagro qué es? Es la confianza puesta en el amor de Dios, en el abrazo y la ternura de un Padre Celestial que en medio del dolor no nos deja tirados.
Alguien me decía: -bueno, y si no se recupera, ¿qué? ¿Es que Dios no quiso obrar? - No, lo que pasa es que nosotros somos frágiles. Dice San Pablo, llevamos un tesoro en vasijas de barro y la vasija de barro es nuestra vida, pero el tesoro es que somos hijos de Dios.
Yo creo en el amor de Dios, creo que Dios obra a través de la ciencia médica y creo que la oración de todos puede dar una respuesta positiva y estaremos ante un milagro.
Cuando estuvo allí con Miguel Uribe visitándolo, ¿qué sintió?
Dolor, tristeza, lágrimas. Lo vi en esa clínica con una cama que tiene toda clase de dispositivos y que lo rodea, y sin embargo allí estaba un hermano nuestro, sentí que estaba un hermano nuestro. Le pedí a Jesucristo, al Señor, así como al que estaba tendido en el camino, tócalo con misericordia, tócalo con bondad, solo tú puedes hacerlo a través de la ciencia médica. Y me quedé un buen rato allí. Quise que fuera algo muy sutil, que no fuera tan visible.
¿Cómo le fue en el encuentro que tuvo con el presidente Gustavo Petro?
Muy bien, el momento es difícil y hay muchas tensiones, pero el presidente me recibió en la Casa de Nariño, ya tarde, después de toda la jornada de trabajo.
Hablamos de algo muy importante, hablamos del país. Le llevé una propuesta del presidente de la Conferencia Episcopal, que es el arzobispo de Cartagena, monseñor Francisco Javier Múnera. Una propuesta de la Conferencia Episcopal en orden a encontrarnos con quienes son responsables de los altos cargos, la Fiscalía, la Contraloría, la Registraduría, las altas cortes, presidencia de Cámara y de Senado, para encontrarnos con un pan, con una comida, con un alimento, al estilo de Jesús, ¿en orden a qué? A crecer en la confianza y dar dos mensajes unificados, con toda la institucionalidad: No a toda forma de violencia y, además, seamos capaces de desarmar el lenguaje.
¿Le pudo hablar del tono de la discusión pública?
De lo que se trata es de decir en qué hemos fallado y qué podemos aportar un poco más proactivamente. Y esa pedagogía de ‘encontrémonos’, eso que ustedes hicieron con el Canal RCN, ese esfuerzo que usted ha hecho de encontrarse con los precandidatos y decir ánimo, Miguel, y decir también no a la violencia, de eso se trata. De que en todos los escenarios hagamos una pedagogía de encuentro, de respeto y de confianza.
Y es que esos milagros sociales debemos construirlos entre todos.
¿Qué pasó con esa idea que tenía el presidente Gustavo Petro de que la iglesia católica otra vez mediara con el ELN y se convirtiera de alguna manera en sede de esos diálogos?
Eso está quieto por ahora, pero la iglesia está dispuesta cuando haya la posibilidad de una señal. En eso, monseñor Héctor Fabio Henao ha sido el vocero de la Conferencia Episcopal y él más que nadie ha estado presente en estas expectativas.
Si se lograra algún día poder reavanzar, retomar el diálogo, sería importante, pero en este momento hay muchas dificultades. Aprovecho para hacer un llamado a los miembros del ELN para decirles, por favor, Colombia necesita inteligencia, sabiduría y no armas.
Creo que la sociedad colombiana tiene la posibilidad, en este momento, de retarlos, desafiarlos, si realmente tienen un deseo de servicio a Colombia que muestren esos signos.
Si las cosas siguen como van, la semana que ya empezamos, se aprobaría la reforma laboral en la plenaria del Senado, sin embargo, el presidente y el gobierno insiste por la vía de un decreto en la posibilidad de convocar una consulta popular. ¿Qué piensa de eso?
Primero, que la reforma laboral es necesaria y que hay unas deudas con los obreros y los trabajadores del país. Por lo tanto, es necesaria esa reforma que se ha hecho por las vías del Congreso y que se está trabajando. Veo ahí un trabajo serio, esperanzador y creo que, si se logra una reforma laboral satisfactoria para todos, con sacrificio para todos, los empresarios y todos, si hay esos sacrificios y esa posibilidad de construirla, no sería necesaria la concierta popular. Y creo que este es un mensaje que podemos dar todos también.
Colombia es una Nación inmensamente católica, religiosa en general. ¿Qué decirles a los colombianos?
Quiero hablarle a todos los colombianos, a su corazón, y decirles nosotros tenemos la oportunidad de trabajar por nuestro país. Este país lo amamos, nos duele, pero nosotros somos constructores de esperanza, tejamos esperanza y sembremos semillas de esperanza en cada uno de los ambientes donde vivimos, de tal manera que niños, jóvenes, ancianos puedan vivir, trabajar, orar, sonreír en paz.
Este país nos necesita a todos y todos cabemos en este país.