Heridas de guerra: el drama de las familias víctima de desaparición forzada
La firma del acuerdo de paz trajo para las víctimas la esperanza de un nuevo comienzo, pero en lugares como Vistahermosa, Meta, la sombra de la guerra aún persiste.
Noticias RCN
07:55 p. m.
La firma del acuerdo de paz trajo para las víctimas la esperanza de un nuevo comienzo, pero en lugares como Vistahermosa, Meta, la sombra de la guerra aún persiste.
Junto a la corporación Rosa Blanca, Stephanie Bates estuvo en este lugar y recopiló los testimonios de familias que llevan décadas buscando a sus desaparecidos.
La desaparición forzada en Colombia es un fenómeno trágico que ha marcado la historia del país. Entre 1958 y 2022, más de 120.000 personas fueron víctimas de este delito.
“A mí hermanito lo reclutaron de 14 años. El murió en un combate; lo mataron de 16 años el 6 de septiembre de 2002. Lo trajeron a la casita, embolsados porque nunca miramos el cuerpo”, es el triste relato de una de las cientos de víctimas.
En las calles de Vistahermosa, Meta, solían caminar cabecillas de las Farc como el ‘Mono Jojoy’, ‘Rumaña’, ‘Gentil Duarte’, ‘John 40’, entre otros delincuentes. La población de este lugar quedó en medio del fuego cruzado de la guerra.
En una conversación con Mariela, madre de víctimas de desaparición, señala haber visto “cuando me mataron al chino”.
“Me mataron al chino en Caballo Blanco, y yo sin un peso; la comunidad me ayudó para el pasaje. Lo habían matado el viernes y el domingo fui y lo rescaté”, relata.
“Al pueblo lo tomó la guerrilla. Era una cosa muy aterradora, eran los aviones por encima, la gente corría; se daban plomo por todas partes y uno buscando un hueco para meterse”, cuenta otra víctima de la guerra.
Su familia resultó muy afectada como consecuencia del reclutamiento de uno de sus integrantes “para ellos ponerlo a trabajar por allá”. Tenía 17 años, han pasado casi 27, y hasta entonces no saben nada sobre su paradero.
Mis padres murieron esperando que él apareciera
Alrededor de 85.000 desaparecidos son casos reconocidos oficialmente por el Estado. La reparación de las víctimas y el esclarecimiento de los hechos sigue siendo un desafío para la justicia en Colombia.
Heridas de guerra: segundo capítulo
En Colombia, la búsqueda de más de 120.000 desaparecidos continúa siendo una herida abierta en un país que aún lucha por sanar su historia de conflicto. Según el Centro de Memoria Histórica, estas desapariciones, muchas atribuibles a grupos armados ilegales como las Farc, representan un desafío persistente para las comunidades afectadas.
En Vista Hermosa, Meta, Stephanie Bates se sumergió en los relatos de aquellos que han perdido a sus seres queridos, especialmente en el contexto del reclutamiento forzado de niños por parte de las Farc.
"Mis hijos, había unos que me los engañaron, que los llevaron de 12, 13 años", recuerda una madre afectada, quien relata cómo separaron a los jóvenes de sus familias bajo promesas falsas para ser usados en el conflicto armado.
El proceso de exhumación es una tarea ardua y dolorosa. Se estima que más de 40 cuerpos han sido recuperados en cementerios clandestinos, lugares donde alguna vez fueron enterrados los restos de jóvenes combatientes.
Estos cementerios improvisados, testigos de la barbarie, son ahora sitios de esperanza para los familiares que anhelan cerrar este capítulo doloroso de sus vidas.
La paz, aunque firmada, no ha traído respuestas para todos. Las madres, como las de Vista Hermosa, Meta, que aún esperan noticias de sus hijos, enfrentan la cruda realidad de que muchos jóvenes nunca regresaron ni fueron reconocidos oficialmente.
Las palabras de quienes sobrevivieron la violencia en esas comunidades son un testimonio del dolor persistente: "Quiero es que nos entreguen los restos, que nos muestren la fosa y se centren en el dolor de nosotros", claman familiares desesperados.
Heridas de guerra: tercer capítulo