Metro a metro, todas las caras de la megaobra más importante de Bogotá
Estos son los avances reales del metro de Bogotá, un proyecto que alcanza casi el 50% de ejecución.
Noticias RCN
03:00 p. m.
En Bogotá llevamos 80 años hablando de la primera línea, decenas de proyectos y estudios que costaron millones y millones de pesos, trayectos distintos, debates, promesas y propuestas que finalmente por tiempo, por poca voluntad política, por desorden o por la razón que sea, jamás vieron la luz.
Finalmente, la obra fue contratada por el alcalde Enrique Peñalosa y fue Claudia López la que puso la primera pieza en diciembre de 2022 en un lote vacío. Dos años después, hay que decirlo, el metro avanza y eso es enorme.
Los números del Metro de Bogotá
En el reconocido sector de comercialización de muebles en la localidad de Puente Aranda, los vecinos han tenido que ver como se alza el Metro de Bogotá desde hace 7 meses.
Negocios familiares que llevan décadas en esta zona han visto el notorio cambio que avanza en la capital. Hablar del Metro es hablar de millones de capitalinos que han sido espectadores de su proceso.
El reto de tener una obra tan grande en la puerta de la casa ha sido difícil. Así como creer en la promesa de ese desarrollo que ha bajado sus ventas y ha generado clientes inconformes.
Los efectos sociales y económicos del Metro en 78 barrios de 9 localidades, son visibles, por ahora, en las zonas más cercanas al víaducto.
Quienes tienen sus viviendas cerca a las obras han visto una valorización del 13% desde 2016; sin embargo, se estima que cuando la obra entre en funcionamiento esta sea hasta del 30%.
El impacto económico en el corto plazo pasa por la generación de más de 10.000 empleos actualmente y 17.000 a lo largo de la obra.
Además, se estima que las muertes por accidentes de tránsito podrían disminuir hasta un 28% con al entrada en operación del Metro. En cuanto a los delitos de alto impacto se prevé una reducción del 30% en las zonas cercanas a la obra.
El metro de Bogotá avanza a toda marcha
Las obras de la primera línea del metro de Bogotá avanzan a buen ritmo, marcando un hito en la movilidad de la capital. En la avenida Primero de Mayo, ya se pueden observar las imponentes estructuras elevadas por donde circularán los trenes.
Los residentes de localidades como Bosa y Kennedy ven con optimismo este progreso, pues estas zonas han enfrentado históricamente serios problemas de movilidad. La conexión con TransMilenio y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) permitirá reducir los tiempos de desplazamiento y mejorar la calidad de vida de miles de ciudadanos.
A lo largo del recorrido, el metro contará con 16 estaciones, de las cuales 10 estarán integradas con TransMilenio. La estación de Gibraltar, una de las primeras en completarse, marca el inicio de un sistema de transporte que cambiará la dinámica urbana. En puntos clave como la avenida Boyacá y la avenida 68, las megaestructuras comienzan a definir el paisaje, mientras que en el centro de Bogotá, la instalación de columnas y la adecuación del terreno evidencian el avance constante del proyecto. Aunque la construcción ha generado cierres y desvíos, muchos ciudadanos consideran que las molestias temporales valen la pena por los beneficios a largo plazo.
El tramo final de la primera fase del metro culmina en la calle 72, donde se ha construido un deprimido que optimiza el flujo vehicular. Sin embargo, se busca financiación para extender la línea hasta la calle 100, lo que permitiría una mayor cobertura en la ciudad. A medida que avanza la obra, Bogotá se prepara para entrar en una nueva era de movilidad, en la que el metro se convertirá en un símbolo de progreso y desarrollo.
Así avanza la obra del Metro de Bogotá
Cada semana se construyen en promedio 200 metros de viaducto, que ya llegó a los tres kilómetros. El patio taller tiene 35.9 hectáreas que fueron elevadas cuatro metros, lo equivalente a dos pisos de altura y los pilotes pueden alcanzar los 60 metros de profundidad.
Si todo sale como está previsto, 43.000 personas cada hora y por cada sentido estarán usando el metro, un millón por día, algo así como el 10% total de habitantes de la ciudad.
En una planta preparan el cemento que utilizan para las estaciones y el viaducto. Además, fabrican al día 60 pilotes, un proceso extenso que comienza con materiales que en gran parte vienen de China. Y, como un reloj y sin parar, trabajan todos los días de la semana.
La gigantesca planta fue montada por los chinos y cuando terminen este proyecto simplemente la desmontarán y se la llevarán a una nueva obra en otro país.
El avance de la obra se acerca al 50% y la idea es que el primer tren llegue este año, pues ya en China avanza su construcción. Serán un total de 30 trenes, todos eléctricos, sin conductor que pueden alcanzar hasta los 80 kilómetros por hora.
“Luego vendrá un inicio importante que será mayo del 2026 en donde tendremos terminados 5.700 kilómetros de viaducto desde la salida del patio taller hasta la estación 4 y esto nos debe llevar al mes de septiembre del 2027 en donde todo el viaducto y las estaciones estarán terminadas ya para hacer prueba de marcha blanca, es decir, la operación de todo el sistema con trenes operando sin pasajeros”, explicó Narváez.
En esa planta también fabrican las estructuras en concreto y acero. Se llaman dovelas y se van juntando en el viaducto, tienen un estricto control y la última revisión para garantizar que la pieza encaje la hacen en China.
Los tiempos, según el metro, se están cumpliendo. Además del viaducto las otras grandes obras son los edificios y estaciones que componen el sistema. Son 28 edificios contando las 16 estaciones, la primera de ellas es la de Gibraltar, ya finalizó la construcción en concreto, ya casi alcanza a unirse con el viaducto.
Una obra para ahorrar el tiempo en los trayectos de los ciudadanos
Son 16 estaciones que terminan en la calle 72. El ahorro en tiempo para una persona que sale desde donde empieza el trazado y llega a la última estación en el norte, no es poca cosa.
“Nosotros hemos considerado que, y es real, porque uno se puede demorar hora y media, hora y 40 minutos de aquí hasta la calle 36, hasta la calle 32, hay un ahorro de una hora por viaje, si la persona tiene que hacer dos viajes al día, son dos horas, entonces el impacto que va a tener la ciudadanía y la gente de Bosa y de Kennedy cuando la Línea 1 inicie su trabajo”, aseguró Leónidas Narváez, gerente del metro de Bogotá.
No es cierto, al menos en el trayecto ya construido, que la línea esté pegada a las casas. El ruido, según los cálculos de los ingenieros, es similar al de una lavadora, menor que cualquier otro tipo de vehículo y tiene barreras que lo aíslan.
La línea tampoco es tan corta, comparando la primera de ciudades como Panamá (21 km), Sao Paulo (20.4 km), Santiago (19.3), Ciudad de México (18.8 km), Río de Janeiro (16.0), Santo Domingo (14.5 km) o Buenos Aires (9.4 km), la de Bogotá es aún más larga, 23.96 km.
Eso sí, quedan preocupaciones válidas, por ejemplo, la seguridad, pues la altura de la estructura es de 13 metros, qué pasará debajo, especialmente en espacios oscuros, y cómo garantizar que no termine siendo blanco de vandalismo la estructura.
Ahora se viene la segunda línea que, según el alcalde Carlos Fernando Galán, estará contratada este 2025.
El detalle de la ingeniería en la construcción del metro de Bogotá
El viaje empieza en el patio taller, donde la ingeniería china hace meses se tradujo al español con mano de obra colombiana que bajo las instrucciones de ingenieros chinos construye cada parte del sistema.
El proceso más impresionante es la construcción de los pilotes que soportan la obra, son prefabricados en una secuencia de acciones, área de corte, perfilado, ensamble, llenado y centrifugado. En esta última son 18 minutos a 80 revoluciones por minuto, un proceso clave para la mezcla de aditivos del concreto y tener un pilote sólido como se requiere.
Luego se traslada a un cuarto de curado en donde dura 24 horas, se seca y nuevamente va a ensamble. Se saca, se limpia, se hace la prueba técnica y de calidad y luego lo almacenan por tres días para ya empezar su desplazamiento a terreno.
La encargada de manipular el puente grúa es una operaria china, el proceso se ha repetido en 5.000 ocasiones, unas 60 al día y aún faltan más de 3.000 pilotes.
Pese a su importancia, una vez terminada la obra quedarán hincados con profundidades hasta de 60 metros bajo tierra, son visibles hasta que inician su viaje a las profundidades. Cada espacio cobra vida en el patio taller, cada estación es el tornillo o la tuerca fundamental del proyecto, cada persona le añade conocimiento, tiempo y dedicación a una labor en específico, sin duda una ciudad dentro de la ciudad, en donde cada parte del gigante de concreto toma forma.
La voz de la gente que ya empieza a ver la estructura en sus barrios
En la NQS con avenida Primero de Mayo avanza a gran magnitud la primera línea del metro, es uno de los puntos en donde se trabajan las 24 horas del día.
Los comerciantes, permanentes vecinos de la megaobra tienen dos posturas: una positiva con miras al futuro a que se termine la obra en los tiempos adecuados y dos, de las dificultades que han pasado a raíz económica por la construcción.
“Pensé que nunca se iba a construir esto, creí que nunca iba a pasar, pero ya viendo esos pilones enormes, me pareció algo impresionante y muy bonito porque la ciudad se va a ver mejor y va a haber más turismo y además va a valorizarse más”, asegura, Cenaida Arévalo, ciudadana.
La ejecución, que ya supera el 50%, da sentido a la construcción más grande en la historia de Bogotá, una especie de gigante de concreto que serpentea por la ciudad con su columna vertebral al descubierto.
“Creo que va a servir muchísimo para el tráfico, para que se aligere un poco más el tráfico acá”, señaló Ariel Oliveros, ciudadana.
Su magnitud se ve en el viaducto, el espacio elevado que va a conducir los trenes. Está conformado por 580 segmentos de diferentes pesos y distancias. Un cálculo extraoficial en uno de los más pequeños podría reiterar su dimensión: tiene ocho pilotes bajo tierra, dos dados, dos columnas, dos vigas capitel y en este caso 11 dovelas. Podría pesar más de 500 toneladas, algo así como el cabezote de 50 tractomulas, de allí la emoción que despiertan algunos que no lograban visualizarlo.
“Bogotá está transformado y se va a transformar con lo del metro, van a disfrutar más nuestros nietos, nuestros hijos, pero qué rico disfrutarlos dentro de poco”, dijo Elizabeth González, ciudadana.
La obra, que llevará unos tres años de ejecución y va a cruzar 78 barrios, ya empieza a entrar también a las casas de los habitantes que asimilan a su nuevo mega vecino.
En voz de algunos ciudadanos se pasó de la incertidumbre a la certeza y por ahora es la expectativa de la realidad.


