Victoria Escalante y su inspiradora lucha contra el lupus

Victoria Escalante, médica bióloga, cuenta su historia de lucha, desde su juventud hasta la adultez. “Desde muy chiquita me tocó hacerme cargo de mi familia, de mi mamá, de mi hermana, llevábamos dos días que en mi casa no había nada que comer, entonces, mi mamá me dijo bueno, tienes que salir a pedir limosna y me tocó”. 

En la conformación de su hogar, vivían su hermana, mama y la pareja de su mamá. Cuando su madre salía a trabajar, “De ahí viene todos los problemas, porque mi padrastro me abusó y mi mamá no me creyó y me echo de la casa”. Emociones que, aunque la hicieron fuerte, superarlas al paso de los años no fue fácil, dijo Escalante. 

A sus 19 años vivía en un barrio en el sur, “hacía mucho frío y yo sentía dolor en los huesos”, Escalante cuenta que sentía una fiebre muy alta y sus manos no le respondían, no podía tampoco ir al baño. Desde ese momento supo que ella estaba enferma, la enfermedad que invadió su cuerpo era autoinmune conocida como lupus eritematoso. 

“Ahí vinieron las hemorragias, cada día era peor y me empezaron a medicar de esa medicación, empezó una inflamación”. En esos momentos vivía sola en Bogotá, trabajaba y estudiaba para poder pagar sus estudios; en sus metas estaba ser una profesional de la medicina.  

En sus hábitos de alimentación se reflejó esta enfermedad,”empecé a subir de peso mucho y comía y cuando lo hacía me lo comía todo porque no sabía si mañana iba a tener con que comer. Me medicaron con premisa lona y llegué a pesar 114 kilos y esto no ayudó a la enfermedad.” En ese momento Escalante estuvo obesa, pues al estar en este tratamiento y sus hábitos alimenticios empeoraban su salud, al punto que podía tener una falla renal. Entre trastorno de salud y alimentación, Escalante tuvo una falla renal por tomar medicamentos que no eran permitidos en Colombia, para bajar el peso que había aumentado. 

La medicina: una vocación que salvo su vida 

Años más tarde, se convirtió en mama, e hizo viajes para tratar esta enfermedad que la acompaño por años. Esta vez viajo a Cuba, donde estaban experimentando algo nuevo para el tratamiento del lupus con medicina biológica, “fue muy fuerte decidir entre quedarme aquí, morirme o irme no trabajar por mucho tiempo y luchar por mi salud”. 

Por 6 años vivió en Cuba, “el organismo empezó a reaccionar y ahí fue donde me enamoré de la medicina biológica porque lo viví porque sentía todos los días lo que estaba haciendo en mí”.  

Fortaleza, oración y perdón fue lo que Victoria encontró en su camino a sanar. Perdono a su mamá que falleció hace pocos meses y continuo con su tratamiento para controlar su enfermedad. “Es que yo creo que yo soy un milagro total porque desde niña imagínate fue todo un sufrimiento, una tragedia que cualquier ser humano hoy diría no hubiera podido”. 

“Yo pienso que a lo largo del tiempo tú vas aprendiendo cuál es la siguiente puerta que se va a abrir”, para Escalante, la experiencia más grata fue saber que la superación era posible y decir no puedo no era posible, “la palabra no es selectiva y tú decides cuándo la quieres usar, pero para tu bienestar tu desarrollo personal para tu ser para lo que tú quieres esa palabra no la puedes incluir".