¿Las deudas de tarjeta de crédito desaparecen? Vea cuándo prescriben en Colombia
¿Cuándo prescribe una deuda de tarjeta de crédito en Colombia? Atención a los plazos legales, cómo afecta el historial crediticio y qué hacer si tiene una deuda pendiente.

Noticias RCN
05:20 p. m.
En Colombia, la prescripción de deudas es un mecanismo legal que establece un límite de tiempo para que los acreedores puedan exigir judicialmente el pago de una obligación.
Este concepto es especialmente relevante para quienes manejan tarjetas de crédito, ya que el desconocimiento de estos plazos puede generar confusiones y problemas legales.
¿Qué es la prescripción de una deuda?
La prescripción de una deuda ocurre cuando el acreedor pierde la posibilidad de reclamar judicialmente el pago de una obligación debido al transcurso de un tiempo determinado.
Es importante destacar que, aunque el acreedor no pueda exigir el pago por vías legales, la deuda en sí no desaparece; el deudor sigue teniendo la obligación moral de saldarla.
Plazos de prescripción para deudas de tarjetas de crédito
Según el Banco BBVA, las deudas originadas por tarjetas de crédito prescriben a los tres años. Además, la acción ejecutiva, que es el proceso judicial que permite al acreedor exigir el pago mediante la ejecución de bienes del deudor, prescribe a los cinco años desde el vencimiento de la deuda.
Esto se debe a que, al momento de otorgar la tarjeta de crédito, el banco suele requerir la firma de un pagaré, lo que respalda legalmente la obligación.
Es fundamental entender que la prescripción no elimina la deuda, sino que impide al acreedor reclamarla judicialmente. Por lo tanto, aunque el acreedor no pueda demandar el pago, la obligación persiste y puede afectar negativamente el historial crediticio del deudor.
Recomendaciones para los usuarios de tarjetas de crédito
Para evitar complicaciones derivadas de deudas impagas, se aconseja a los usuarios de tarjetas de crédito:
Planificar las compras: Utilizar la tarjeta de crédito de manera responsable, asegurándose de que las compras se ajusten a la capacidad de pago.
Llevar un control de gastos: Monitorear regularmente los movimientos de la tarjeta para evitar sorpresas y detectar posibles errores o fraudes.
Pagar a tiempo: Cumplir con las fechas de pago establecidas para evitar intereses moratorios y posibles afectaciones en el historial crediticio.
Buscar asesoría: En caso de dificultades financieras, es recomendable acercarse a la entidad bancaria para explorar opciones como refinanciamiento o periodos de gracia.
Mantener una comunicación abierta con la entidad financiera y estar informado sobre los términos y condiciones de los productos crediticios es esencial para una gestión saludable de las finanzas personales.