Leonardo Padura: “Se ha diluido la esperanza de que las cosas en Cuba mejoren”

Usted nos sorprende con una nueva presencia de Mario Conde, quien ya aparece más viejo…

Va pasando el tiempo. De aquel año 89 hemos llegado al 2016. Y de aquellos 35 años hemos llegado a los 62. Te podrás imaginar que no siente la vida igual un hombre de 35 años, que un anciano como yo de más de 60. Eso hace que Conde tenga una relación a veces más pesimista, más amarga, aunque siempre en su relación con el mundo más cercano que lo rodea tiene un elemento de esperanza.

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Y parece que él transmite esas preocupaciones que usted tiene…

Sí, a través de él reflexiono mucho sobre este tema. Porque creo que uno de los procesos más interesantes, y que también tiene que ver con la condición humana, es esa conciencia de que vamos pasando por etapas de nuestras vidas, en las que a nivel psicológico y físico, uno va teniendo una relación distinta con el mundo que lo rodea. Y tiene que ver con la fuerza que tienes, con la sexualidad… con todo. Y, como siempre, utilizo a Conde para poder dar esas reflexiones.

Ha hablado de esperanza y ese deseo de un cambio en Cuba aparece en esta nueva novela, pero, a medida que va pasando el tiempo, creemos que esa esperanza se va diluyendo…

Toda esa esperanza de que las cosas mejoraran muy pronto se desvanecieron. Yo escribo desde la perspectiva histórica, pero Conde, con ese sentido pesimista que tiene él, dice: “Esto es como un receso entre dos turnos de clase. Nos van a llamar y nos van a meter nuevamente en la disciplina”. Y hoy estamos viendo un momento muy complicado en el país.

Rosa Montero dice que escribe para huirle a la muerte: ¿usted para qué escribe?

Escribo cuando quiero decir algo. Siempre es “para qué”. Estoy de acuerdo con Milan Kundera en que la esencia del arte de la novela es revelar los misterios de la condición humana.

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