Padres en EE. UU. están cediendo la custodia de sus hijos a sacerdotes por miedo a la deportación
Padres indocumentados en Maryland están tomando decisiones extremas por miedo a ser expulsados del país.
Noticias RCN
08:05 p. m.
Para cualquier madre o padre, separarse de sus hijos, aunque sea por unas horas, es una situación difícil. Ahora, imagine la angustia de tener que dejarlos en manos de otra persona sin saber si algún día podrá volver a verlos.
Esta es la realidad que enfrentan varias familias migrantes en Estados Unidos, quienes, ante el temor de una deportación inminente, han tomado la dolorosa decisión de ceder temporalmente la custodia de sus hijos a un sacerdote.
En Hyattsville, Maryland, al menos 14 menores han sido entregados legalmente bajo la tutela del padre Vidal Rivas, líder de la Iglesia Católica Episcopal San Mateo.
Padres en EE. UU. están cediendo la custodia de sus hijos por miedo a la deportación
A solo cinco kilómetros de la Casa Blanca, en un vecindario que a simple vista parece tranquilo y diverso, el sacerdote Vidal Rivas enfrenta una de las consecuencias más duras de las deportaciones: el pánico de los migrantes por la seguridad de sus hijos.
El padre Rivas se ha convertido en el guardián de niños cuyos padres han decidido cederle su custodia temporal en caso de ser detenidos y deportados. Desde su oficina, el sacerdote ha visto cómo el miedo ha paralizado a muchas familias, empujándolas a tomar decisiones desesperadas.
Se está infundiendo mucho miedo. Yo creo que ha sobrepasado el miedo y se ha llegado al pánico. Eso va contra la humanidad.
Padres buscan garantizar el futuro de sus hijos antes de ser deportados
En su escritorio, el padre Vidal Rivas acumula documentos de tutela temporal que han sido firmados por los padres de estos 14 menores. En Maryland, este trámite se puede realizar de manera digital, lo que ha permitido a muchas familias gestionar la tutela sin necesidad de acudir a una oficina gubernamental o a una corte.
El sacerdote explica que, aunque este procedimiento no evita la deportación de los padres, sí garantiza que los menores tengan un tutor legal en Estados Unidos y no queden a la deriva en caso de que sus progenitores sean expulsados del país.
Tengo 14 niños que las personas me han confiado y que yo he aceptado libremente. Si algo pasa y sus padres son detenidos y deportados, yo seré responsable de ellos. Se llena un documento y, en el momento en que ocurre la detención, la custodia pasa a mis manos.
Para los migrantes que han tomado esta decisión, el objetivo es claro: proteger a sus hijos y evitar que sean enviados a centros de detención o puestos en custodia del Estado sin un plan definido para su bienestar.
¿Qué pasa con los niños después?
Cada familia tiene un destino diferente para sus hijos en caso de ser deportada. No todos los padres tienen los mismos deseos sobre lo que debería ocurrir con sus niños si son separados de ellos.
Algunos padres piden que, si son detenidos y deportados, sus hijos sean enviados a su país de origen después de que ellos lleguen allá. Otros, si sus hijos son adolescentes, prefieren que terminen la high school antes de regresar. Y otros quieren que los niños crezcan aquí. Es una responsabilidad enorme. Solo le pido a Dios que, si esto pasa, me dé la fuerza para ser fiel a esa confianza.
En este sentido, el sacerdote no solo asume la tutela, sino que también debe cumplir los deseos de los padres en caso de que ellos no puedan regresar a Estados Unidos. Cada caso es distinto y se maneja de acuerdo con las instrucciones que los mismos padres han dejado por escrito.
Esta no es una situación aislada. En varios estados del país, otros líderes religiosos, profesores, vecinos e incluso activistas han recibido solicitudes para asumir la tutela de niños cuyos padres temen ser deportados.
A otra mujer le pidieron que cuidara a una bebé que aún toma teta
No solo el padre ha sido testigo de esta situación. Cathy Camineros, una migrante venezolana en Washington D.C., relató una experiencia que deja en evidencia el nivel de desesperación de algunos padres indocumentados.
La persona que me lo pidió tiene una bebé que aún toma teta y otra niña de tres años. No me conoce. No sé cómo alguien puede confiarle sus hijos a un desconocido, pero imagina lo desesperante que debe ser tomar esta decisión. Debes soltar a tus hijos porque sabes que, sin ti, estarán mejor aquí que contigo en la deportación.
Finalmente, mientras el debate sobre la migración en Estados Unidos se centra en leyes, regulaciones y operativos de deportación, en el terreno, la realidad es otra: padres que se despiden de sus hijos sin saber si volverán a verlos, niños que quedan al cuidado de personas que apenas conocen y familias que se desintegran por miedo a ser expulsadas.