Sudáfrica le dio un emotivo adiós a Nelson Mandela
Presidentes de todo el mundo participaron en el homenaje al nobel de paz.
Noticias RCN
diciembre 10 de 2013
11:36 a. m.
11:36 a. m.
Decenas de miles de sudafricanos y muchos mandatarios rindieron hoy tributo al expresidente Nelson Mandela en el estadio FNB de Soweto, a pesar de la intensa lluvia que caía sobre Johannesburgo.
Sin embargo, protegida del agua que seguía cayendo por la visera del estadio, la multitud que ocupaba la parte superior de uno de los fondos cantaba y bailaba al unísono a medida que decenas de jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo llegaban al recinto para asistir al funeral.
"Nelson Mandela, no hay ninguno como tú", entonaba la masa en zulú, convirtiendo las tribunas en una rítmica marea humana en recuerdo del padre de la Sudáfrica libre y multiétnica.
Carteles con retratos suyos compartían protagonismo con las banderas de Sudáfrica en las gradas, adornadas también por vistosos atuendos tradicionales y vestidos africanos con los colores verde, amarillo y negro del Congreso Nacional Africano (CNA) que lideró Mandela.
Como en las vigilias de las últimas noches en el antiguo gueto negro de Soweto, se cantó la "Shosholoza", himno de los mineros del sur de África que no falta en ninguna de las grandes citas colectivas de Sudáfrica.
A su llegada al estadio de Soweto donde se rendía homenaje a Mandela, fallecido el jueves a los 95 años, el presidente estadounidense, Barack Obama, estrechó, en un momento histórico, la mano de los demás invitados, entre ellos el líder cubano, Raúl Castro, con el que también intercambió algunas palabras.
Mientras se seguían ocupando asientos, la llegada de la familia de Mandela al estadio encendió las tribunas.
El público aclamó sonoramente a su viuda, la mozambiqueña Graça Machel, cuando los marcadores ofrecieron su imagen entrando al recinto, con la cabeza cubierta por un pañuelo de color negro, como el resto de indumentaria.
Minutos después, Winnie Madikizela-Mandela, exesposa de Madiba y su camarada en la lucha contra el "apartheid", tomaba el protagonismo en la pantalla, redoblando el fervor de las gradas.
Ya en las gradas, Graça Machel y Winnie Mandela -dos de las mujeres más importantes en la vida del expresidente, ambas de luto y muy emocionadas- se fundieron en un afectuoso abrazo y se besaron ante los miles de sudafricanos que abarrotan el estadio.
Otro de los favoritos de la gente fue el exmandatario estadounidense Bill Clinton, que compartía espacio en el palco con sus homólogos Jimmy Carter y George W. Bush y recibió grandes muestras de atención y simpatía.
Tras celebrar el discurso de Obama y con una fina lluvia que todavía mojaba paraguas y cabezas, muchos ciudadanos comenzaron a marcharse a casa.
Así, con parte de la audiencia desfilando, hablaron líderes como la brasileña Dilma Rousseff o el cubano Raúl Castro, a quien los sudafricanos festejaron por el significativo papel de Cuba en la batalla contra la Sudáfrica racista.
Antes de finalizar, el arzobispo emérito de Ciudad del Cabo, amigo de Mandela y también premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, tomó la palabra para electrizar al FNB con su verbo torrencial, tras más de cuatro horas y una veintena de discursos oficiales.
Abucheos a Zuma y bailes en los pasillos
El breve encuentro entre Obama y Castro aportó una nota imprevista a una ceremonia muy deslucida por la lluvia y los abucheos constantes del público al presidente sudafricano Jacob Zuma, cuya imagen soportó mal el contraste con Mandela.
"La gente cree que es un corrupto", explicó Themba Nkunzana, de 59 años, que dejó el partido de Mandela y Zuma, el Congreso Nacional Africano (ANC), cuando este último accedió al poder.
Unas 55.000 personas asistieron al acto, pero se mostraron más festivas y bulliciosas en los alrededores del estadio y en los pasillos, a resguardo del frío, que en las gradas.
La sensación de estar ante un momento único, como fue seguramente el entierro de Mahatma Gandhi en India o el de Isaac Rabin en Israel, atrajo a gente de a pie, a miles de periodistas y a celebridades como Bill Gates, Charlize Theron, Oprah Winfrey, Bono y Naomi Campbell.
"Es algo único, una experiencia única en la vida", dijo Cyrill Cameroon, un comerciante de Johannesburgo, que acompañaba a su esposa Evelyn, de Costa de Marfil.
Admiración unánime por Mandela
En su discurso, Obama, primer presidente negro de Estados Unidos, calificó a Mandela de "gigante de la Historia, que dirigió a una nación hacia la justicia".
Castro recordó por su lado la amistad del líder sudafricano con su hermano Fidel Castro y los vínculos creados por el apoyo cubano a los movimientos rebeldes africanos en los años 70.
"Jamás olvidaremos cuando [Mandela] nos visitó en 1991 y dijo que el pueblo cubano tiene un lugar especial en el corazón de los pueblos africanos", afirmó.
La presidenta Dilma Rousseff aludió a la "sangre africana" que corre por las venas de los brasileños.
"Nosotros, la nación brasileña, que tenemos sangre africana en nuestras venas, celebramos y lloramos a este gran líder que forma parte del panteón de la humanidad", agregó Rousseff, una exguerrillera que al igual que Mandela padeció años de cárcel y brutales maltratos por parte de los militares que durante dos décadas (1964-1983) gobernaron Brasil.
El largo camino a la libertad acabará en Qunu
En el estadio de Soweto donde se llevó a cabo el homenaje Mandela hizo su última gran aparición pública, el 11 de julio de 2010, en la final del Mundial de Futbol que España le ganó a Holanda.
El acto empezó con el himno nacional sudafricano, "Nkosi sikelel' iAfrika" ("Que Dios bendiga a África"), entonado con orgullo por los asistentes bajo una lluvia tenaz.
También se realizó un pequeño homenaje en la prisión de Robben Island, donde Mandela pasó 27 años encerrado hasta su excarcelación en 1990. La Historia entonces se aceleró: en 1994 fue elegido presidente y guió a Sudáfrica a una transición pacífica del régimen racista del apartheid a la democracia multirracial.
"Cuando salió libre, Mandela se llevó de la cárcel su experiencia de convivir con diferentes razas, culturas y tendencias políticas, para pedir la reconciliación", dijo en la ceremonia Lionel Davis, un exprisionero.
Además, en la celda de 2,5 por 2,1 metros en la que pasó 18 años de su vida de recluso, arde desde el lunes una vela que "simboliza el triunfo del espíritu humano", dijo el director del museo, Sibongiseni Mkhize.
La celebración abrió cinco días de homenajes antes de su entierro, el domingo en Qunu, un poblado donde Mandela pasó una infancia feliz y del que se fue cuando murió su padre.
"Qunu era todo lo que conocía, y lo amé de la manera incondicional en que un niño ama su primer hogar", explicó en sus memorias, "El largo camino a la libertad".
EFE/AFP