La “Economía popular” de Petro: ¿un cuentazo para el emprendimiento?
Ya vamos a cumplir un año del gobierno del Petro, y conviene hacer un ejercicio de evaluación sobre su apuesta por el emprendimiento.
06:00 a. m.
Definitivamente “la mejor política social es el empleo” frase atribuida al economista William Beveridge y para lograr más empleo se necesitan, sí o sí, más empresas y emprendimientos. Ya vamos a cumplir un año del gobierno de Petro, y conviene hacer un ejercicio de evaluación -desde mi experiencia como emprendedor y economista- a lo que a todas luces es su mayor apuesta por el emprendimiento en el país: “La Economía Popular”.
Empecemos por mencionar, que los últimos 5 gobiernos, han realizado grandes avances, especialmente el del expresidente Alvaro Uribe, quien puso la vara alta en lo que acciones se refieren, por nombrar algunos: la Ley de Formalización y Creación de Empleo, la creación de Innpulsa, el Programa de Emprendimiento Juvenil, Simplificación de trámites y reducción de cargas administrativas, Programas de acceso a financiamiento y ampliación de la oferta de educación para el trabajo con el Sena, así como la creación del Fondo Emprender.
Luego le siguió Juan Manuel Santos, que con el concepto de las locomotoras de la prosperidad, se cocinaron muchas expectativas en el sector y que al final de sus 2 mandatos recibió fuertes críticas en términos de su ejecución e implementación. Santos logró tímidos avances e innovaciones (aun cuando mencionaba una locomotora transversal de la innovación), se dedicó a fortalecer lo que ya había dejado Uribe, desde el fortalecimiento del crédito, la reducción de trámites, ampliación de la red vial, aumento de cobertura a internet, entre otros.
Iván Duque, planteó un concepto innovador “la Economía Naranja” sin embargo, después de su mandato, muchos no terminaron de asimilarla y aprovecharla, aunque se estima que se invirtió más de 1,4 billones de pesos en la misma. Hay que reconocer que Duque implementó incentivos tributarios para las industrias creativas y culturales, sancionó la Ley de Emprendimiento y mejoró la regulación del sector. Logros que comparativamente a sus antecesores no le daban para mencionar que en su gobierno Colombia era el Silicon Valley de Latinoamérica.
Finalmente, tenemos al gobierno Petro, que mencionó en su página de candidatura presidencial que: “Proponemos un pacto con las economías populares que permita recuperar la confianza en el Estado y construir una sociedad basada en el reconocimiento del trabajo de al menos dos tercios de la población económicamente activa, que realiza su trabajo en la llamada informalidad”.
Acercándonos al primer año, se habla de adiciones presupuestales de 6 billones de pesos y un plan de reindustrialización que, según el Innpulsa liderado por Hernan Ceballos, pasa por “Los Centros de Reindustrialización Zasca que son espacios físicos especializados y dotados para el fortalecimiento de mipymes situadas en zonas donde exista aglomeración de negocios con vocación productiva en sectores como la manufactura, confección, cuero, marroquinería y agroindustria”
Aunque suene muy bien en el papel, la teoría tiene ciertas contradicciones y golpes con la realidad, en especial:
- La realidad postpandemia, donde muchos pequeños emprendimientos han implementado el trabajo remoto y no necesariamente están invirtiendo en locales físicos, hoy los ecosistemas se están construyendo en digital
- Desigualdades regionales: La teoría de la aglomeración a menudo conduce a la concentración de empresas e industrias en áreas específicas, lo que puede provocar desigualdades regionales significativas. Esto puede generar un desequilibrio económico y social, ya que las áreas que no se benefician de la aglomeración pueden quedarse rezagadas y enfrentar dificultades para atraer inversión y desarrollo. Es decir, el campo se vería seriamente afectado porque las ciudades atraerán más oportunidades y talento.
- Externalidades negativas: Las áreas de aglomeración pueden experimentar externalidades negativas, como congestión del tráfico, altos costos de vivienda, aumento de la contaminación y mayor presión sobre los recursos naturales. Estos efectos no deseados pueden socavar los supuestos beneficios económicos de la aglomeración.
- Dependencia excesiva de sectores específicos: La teoría de la aglomeración a menudo implica la concentración de industrias específicas en áreas geográficas determinadas. Esto puede llevar a una dependencia excesiva de esos sectores, lo que aumenta la vulnerabilidad económica de la región. Si una industria dominante enfrenta dificultades o cambios estructurales, toda la región puede sufrir las consecuencias negativas.
- Barreras de entrada: La aglomeración puede crear barreras de entrada para nuevas empresas y emprendedores. Las empresas establecidas en áreas de aglomeración a menudo disfrutan de ventajas competitivas, como economías de escala, redes de colaboración y acceso a recursos y talento. Esto puede dificultar la entrada de nuevas empresas y limitar la competencia, lo que puede tener un impacto negativo en la innovación y la dinámica empresarial.
Por todos los puntos anteriores, vale la pena mencionar, que de la teoría a la práctica hay mucho trecho. El cambio que promueve el gobierno Petro, si será un cambio con respecto a los anteriores, dado que los mismos, tuvieron innovaciones como las de Uribe y mucha implementación. Santos y Duque, con conceptos nuevos y debatidos, construyeron sobre lo construido y lograron avances, mientras que este gobierno, aún no aterriza las fórmulas sacadas de los libros y por lo visto, nos va a dejar viendo un chispero a los emprendedores, menos discursos de balcón, marchas y teorías y más oportunidades de progreso, desarrollo y empleo para el país.
@alvaronarvaezr