Así de bajo ha llegado el debate político | Por: Andrea Bernal
Aprendamos a ser lo suficientemente empáticos para entender que en la gran mayoría de los casos somos solamente personas viviendo nuestra realidad.
06:00 a. m.
Por: Andrea Bernal*
@andrebernal26 en Twitter
Te odio le dijo una niña de cinco años a su mamá en una pataleta porque no le ponía atención, mientras ella trabajaba por Zoom conectada con el resto de sus colegas. La mamá le pide varias veces que haga silencio, mientras la sostiene en las piernas, pero los niños son niños y demandan toda la atención. Y, en un acto digamos que de rebeldía, la pequeña suelta tremenda frase que muchos padres hemos escuchado de nuestros hijos.
La mamá es la senadora Paloma Valencia. La niña es Amapola, su tierna hija de cinco años, que me recuerda a mi hijo. También tiene cinco años y cada vez que hago el noticiero desde casa, se ha metido mientras estamos al aire o ha saludado a los conferencistas mientras estoy moderando algún panel.
Y esto es lo que vivimos las mamás, amas de casa, también profesionales, que con esta nueva normalidad trabajamos desde el hogar sin descuidar a nuestros hijos, que ahora son más felices teniéndonos más tiempo junto a ellos.
Pero como la polarización política nubla la razón y esa sí que exacerba los odios, entonces los contradictores de la senadora Valencia no encontraron mejor oficio que lincharla en redes sociales con mensajes sobre lo que le dijo su hija, que no vale la pena replicar.
Así de bajo ha llegado el debate político en nuestro país y en las redes sociales que lo único que buscan es hacerle daño al otro, metiéndose con lo más sagrado para una madre que es su hijo o su hija.
Demuestra, además, la poca o nada empatía que hay frente a las mujeres que trabajan desde casa y son madres. ¿Por qué no elevamos el debate? Eso es lo que necesita nuestro país. Cuestionemos a los políticos por sus proyectos, por sus actos, por sus resultados y no nos comportemos como muchos de ellos, desviando la lupa de lo que realmente es importante.
Paloma y Amapola después de este incidente seguro se abrazaron y se dijeron ¡te amo! Mientras en esa cloaca, en la que puede convertirse Twitter, se destilaba odio en contra de una mujer, una mamá, una profesional.
Aprendamos a ser lo suficientemente empáticos para entender que en la gran mayoría de los casos somos solamente personas viviendo nuestra realidad y llevando nuestra lucha de la mejor manera. Lo último que necesitamos es ser juzgados por los demás, especialmente en estos tiempos difíciles e inciertos cuando lo que más necesitamos es apoyo.
*Periodista y presentadora de Noticias RCN.