La indolencia, uno de los objetos misionales del Gobierno
No hay norte, solo hay excusas y poemas. Con ese conocimiento nos gobiernan mientras defienden a alguien cuyo único mérito es ser un loco.
03:34 p. m.
“Mi hija está ardida en fiebre, deshidratada y saturando muy bajo, voy a decirle que me ayude a romper la alcancía porque con el presupuesto para las vacaciones, nos vamos mañana para Barú”. Eso parece estarle diciendo constantemente este Gobierno a todos los niños, viejos, desplazados y enfermos del país, mientras piensa y se reafirma en conciertos de casi 4 mil millones de pesos para cantarle a “la esperanza”, y más de 132 mil millones en bodegas sin criterio y publicidad para orquestar el escaso 21% que tienen de favorabilidad en todo Colombia.
Hasta Residente se les bajó de ese despropósito que quieren disfrazar con el clásico eufemismo del objeto misional del contratante, en este caso RTVC, que aduce que sus rubros debe gastárselos en espacios culturales mientras nos quiebran el alma en el Catatumbo y la periferia.
Lo peor del caso es que mientras esto pasa, el Gobierno con la misma torpeza visceral del “objeto misional” le redujo al Ejército de 735.000 millones de pesos a $385.000 millones; a la Policía Nacional de 304.000 millones a $195.000 millones; a la Fuerza Aérea de 793.0000 millones a $554.000 millones; y a la Armada Nacional de 662.000 millones, que pasó a $490.000 millones.
La indolencia parece ser uno de los objetos misionales de este Gobierno que, a pesar de firmar decretos de conmoción interior que se pensarían son para optimizar los recursos a favor de los desplazados y la salud, se “enranchan” misteriosamente en actividades que no impactan a ninguna de las dos urgencias. ¡Hasta las tías de Francia Márquez se sentían más seguras con el gobierno anterior!
Si Petro no le para bolas al señor que hace de ministro de Educación, ¡Gustavo póngale cuidado!, ¿qué va a pararle bolas a un llamado urgente para que no sigan malgastándose los recursos de “la potencia mundial de la vida” en manifestaciones o conciertos contra ellos mismos?
Con el cuento de afectar solo a los 4.000 más ricos y que los algoritmos tristes se han dedicado a socializar mientras cobran sus contraticos, los colombianos han visto cómo se les acaban los medicamentos, cuánto les cuesta tanquear o mercar, cómo se incrementan los controles para las visas y las salidas del país, y tantos excesos que al final a los que más les cascan son a los votantes sin contratos, de este proyecto que no sabe ni mantener la altura y la estrategia en una reunión de equipo en la que el mismo promotor dice que no han cumplido el 75% de los compromisos.
No hay norte, solo hay excusas y poemas. La papa es la papa, la yuca es la yuca y así, con ese conocimiento nos gobiernan mientras defienden a alguien cuyo único mérito es ser un loco que nos ha costado el peor de los atrasos en los últimos años.