Lo verdaderamente histórico del “pacto histórico”
¿Ustedes saben cuál ha sido el descalabro político más grande de Colombia los últimos 40 años? Un descalabro que posó de integralidad e inclusión para convertirse simplemente en golpes de opinión que desataron una división que se forjó desde una excusa para lavarle la cara a quienes tanto daño le han hecho al país.
08:00 p. m.
Un exceso que ha pasado por pisotear a sus propias mujeres, utilizadas como amuletos de género, negritudes y ancestros, los cuales han sido arrinconados en las sobras de las campañas digitales para generar simplemente unas líneas en un discurso incoherente.
Sin temor a equivocarnos, la historia nacional nunca olvidará que, a pesar de las evidencias, a pesar de las réplicas en otros países como Venezuela, Cuba, La Argentina de Cristina, la Ecuador de Correa, Nicaragua, y Bolivia; a pesar de los respaldos de las guerrillas, de personas muy cuestionadas por narcotráfico, corrupción y todo tipo de inconsistencias legales; Colombia, ¡y aún sin entender!, le dio un espacio también a algo que pintaron de loable y terminó siendo el retroceso histórico más grande que hemos podido evidenciar en las últimas 4 décadas.
Ya luego hablaremos de la inequidad en Colombia y la falta de oportunidades, como razones prioritarias por las que hay que trabajar para que todo el mundo tenga un presente y un futuro decente. ¡Eso no está en discusión!; pero con algunas excepciones, el país estos últimos 3 años ha visto todo tipo de atropellos justamente frente al conocimiento, y sus manos han caído en la preparación jurídica y de Estado de algunos saltimbanquis carentes de oxigenación licita, cuyo único aporte ha sido cambiar el idioma más rico del mundo para terminar cada palabra con una “Elle”.
No saben que el día tiene 24 horas y van por la vida gritando que hay gente que trabaja 60 horas de esas mismas 24. No se cansan de sacarse los ojos entre ellos mismos, ¡la “paz total” no les llegó ni a sus bases! Saade casca a Benedetti, Benedetti casca a Laura, Laura casca a Saade, Saade le devuelve a Roy, Roy ataca a Quintero, Quintero con pie y medio para compartir estrados judiciales con Nicolas Petro, ataca al pacto mismo por avergonzarse públicamente de él… Francia por un lado, María José por el otro, las feministas haciendo fila para abrazar a sus victimarios, Leyva contando verdades, Isabel Zuleta… bueno ¡Isabel Zuleta!
Es como una especie de kínder con sobredosis de dulce detrás del único balón que han querido pintar de todos los colores mientras hacen rifas para gestionar más balones pero terminan comprando más dulces en la esquina. Una vaina sin piso, sin techo, sin justificación, sin argumentos, sin coherencia, sin norte.
Todo impuesto, todo a las malas, Ideas que ni ellos mismos respetan y sirven solamente para generar titulares que a los 2 meses se caen por sus propios vicios de forma e implementación. Nada a favor de Colombia, solo división, cuestionamientos, excesos e investigaciones diarias de un proceder que excede lo político.
Una distorsión permanente de la realidad que termina cada argumento en los enredos de la matemática cuántica que por alguna razón les da 49 cuando suman 50 más 1. La dignidad publica en manos de vergonzosos trinos llenos de horrores de digitación y conocimiento; políticas públicas en manos del resentimiento y la venganza. No es hacer por los pobres, es fregar a los ricos; es criticar los privilegios desde el mismo privilegio y además con excesos y provocación. Es detestar lo contrario simplemente porque no es lo de ellos. ¡Y salen a hablar de amor, de lo que le han aportado a la reconciliación!
Sin duda amigos, estamos a pocos meses de finalizar este desastre, uno que indudablemente se incrementará hasta el otro año con los despropósitos propios de la improvisación, la insaciedad y el resentimiento por la dilapidación de una oportunidad fallida que terminó siendo el despropósito histórico más doloroso para un país con tantas carencias.