La izquierda persiguió, la verdad resistió. Uribe es inocente.
La justicia habló. El tribunal absolvió al expresidente Álvaro Uribe Vélez y, con ello, se derrumba uno de los relatos más perversos de la izquierda.
10:45 a. m.
La justicia habló. El tribunal absolvió al expresidente Álvaro Uribe Vélez y, con ello, se derrumba uno de los relatos más perversos de la izquierda latinoamericana: el que pretendía convertir a un líder que derrotó el terrorismo en un criminal. La decisión judicial no solo reivindica a Uribe, sino que marca un punto de inflexión político. Triunfó el derecho sobre la ideología.
Durante años, Iván Cepeda, Gustavo Petro y sus aliados internacionales —incluido Nicolás Maduro— esperaron con ansiedad una condena que nunca llegó. Apostaron su capital político a la destrucción moral de Uribe, alimentaron la narrativa del odio y convirtieron el expediente judicial en una herramienta de campaña. Hoy, con la absolución, se quedan sin discurso. Ni Palestina ni Uribe: la izquierda busca desesperadamente un enemigo para mantener viva la división y el resentimiento que necesitan rumbo a las elecciones de 2026.
Uribe, mientras tanto, resistió. Asistió a las 61 audiencias sin pedir asilo, sin esconderse, sin temerle a la verdad. Dio la cara, como siempre lo ha hecho. Una conducta diametralmente opuesta a la de varios funcionarios del actual gobierno —Carlos Ramón González, Olmedo López, Luis Fernando Velasco, entre otros— que se refugian en el silencio, las excusas o los cargos diplomáticos para evadir la justicia.
El fallo del tribunal es más que una victoria jurídica: es una derrota moral y política para la izquierda. Su intento de reescribir la historia fracasó. La verdad judicial confirma lo que millones de colombianos sabemos: que Uribe no necesitaba ser absuelto por un juez para ser inocente ante el pueblo. Pero ahora, además, lo es ante la ley.
Este episodio fortalece al Centro Democrático, que recupera la bandera de la legalidad y la coherencia, mientras la izquierda queda atrapada en su propio discurso de odio y persecución. La antesala de las elecciones de 2026 encuentra a Petro y a su movimiento sin narrativa, sin enemigo y sin resultados que mostrar.
Uribe no solo fue absuelto en los tribunales: fue reivindicado en la historia. La izquierda persiguió, pero la verdad resistió.