Opiniónfebrero 07, 2021hace 3 años

Licencia menstrual, ¿sí o no? | Por: María Fernanda Navia

En varios países del mundo existe desde hace algunos años una licencia especial para las mujeres que sufren de dismenorrea

Por: María Fernanda Navia C.*

@MafeNaviaC en Twitter

Hasta hace algún tiempo los síntomas premenstruales eran un tema privado. Se hablaba de ellos con algo de timidez, se mencionaban muy poco y en voz baja. Muchas mujeres, tal vez no se sentían cómodas exponiendo en público su malestar o en algunas ocasiones el porqué de su estado de ánimo, a no ser que fuera en confianza, entre amigas o familiares, de resto era un tema silencioso.

En 2016 una empresa británica estableció licencias para mujeres con el periodo, debido a los fuertes síntomas que muchas enfrentan y a la necesidad de muchas de ellas de ausentarse en días laborales, lo cual abrió una conversación pública sobre este tema. 

De inmediato se generó una controversia alrededor del mismo; pero valdría la pena comenzar por aclarar que: la menstruación es un estado natural de la mujer, que además en la gran mayoría de los casos es sinónimo de salud y bienestar, y no debería ser considerado como una enfermedad.

Sin embargo, y es hasta contradictorio, los síntomas sí pueden llegar a causar además de cambios en el estado anímico, malestares severos como migraña, vómito, fuertes calambres abdominales y hasta anemia. La dismenorrea sí es una patología que puede presentarse durante el periodo menstrual.

El debate recientemente volvió a abrirse debido a que no existen políticas específicas dirigidas a la salud femenina y en realidad tampoco hay información referente sobre las trabajadoras, que, por sus síntomas durante el periodo, se excusan para ausentarse de sus labores.

En varios países del mundo existe desde hace algunos años una licencia especial para las mujeres que sufren de dismenorrea. Incluso, en Japón es algo normal desde 1948.

En Argentina, esta semana fue presentada una propuesta que plantea un nuevo proyecto de ley enfocado a estudiantes, en el que se busca prevenir que las personas en etapa menstrual pierdan la regularidad en sus estudios, a causa de ausencias injustificadas, asociadas a los síntomas premenstruales. En esta propuesta exponen como el 75 por ciento de las mujeres menstruantes sufren de síndrome premenstrual.

Si en Colombia se planteara como un proyecto de ley, podría atreverme a asegurar que encontraría muchos opositores y tal vez incrementaría el desempleo femenino, pues 12 días de licencia al año para una empresa acarrearía mayores gastos.

Si hacemos memoria, cuando se dio la discusión sobre la licencia de maternidad algunos de los participantes expusieron que podría convertirse de alguna manera en un límite para el desarrollo laboral de la mujer. 

Pregunté entonces a varios hombres sobre el tema y una respuesta recurrente fue: que si las mujeres buscamos igualdad, ¿qué pasa en este caso? Incluso, me respondieron preguntándome si el feminismo es conveniente y oportunista. Claro que entre los encuestados también encontré algunas respuestas más empáticas.

Así mismo, decidí conversarlo con varias mujeres, todas activas laboralmente, y aunque muchas de ellas aclaran el hecho de que no todas tenemos los mismos síntomas, también creen que una decisión como esta podría incrementar aún más la brecha de discriminación.

Proyecto de ley o no, la pregunta sigue sobre la mesa: ¿debería ser un derecho de las mujeres esta licencia laboral menstrual? ¿Interfiere este síndrome en su rendimiento laboral?¿Por qué un solo día? ¿Cómo escogerlo, si los síntomas se presentan varios días? Y las mujeres que no padecen estos severos síntomas, ¿también deberían tomar esta licencia?. Es decir, ¿es igual para todas? 

En caso de que una mujer sea diagnosticada por su médico con Dismenorrea, la situación es distinta ya que con un certificado médico podría tramitar una licencia y también en lo posible buscar un tratamiento que mejore su condición.

Sin embargo, mientras se presenta un escenario concreto frente a este tema, queda a decisión de los empleadores el manejo que le dan dentro de sus organizaciones.

En últimas, lo correcto podría ser --en esa búsqueda de la equidad-- estudiar una licencia para cualquier persona que por alguna condición de salud se vea afectada en el desarrollo de sus funciones, sin distinción de género.

*Periodista y presentadora

por:María Fernanda Navia

María Fernanda Navia

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