¿Cómo sobrevivir al trabajo sin explotar en el intento?
Cómo manejar el estrés en el trabajo sin dejar que afecte tu bienestar emocional.
Isabella Atehortúa
10:17 p. m.
Hay días en que la cabeza se siente como una olla de presión mal cerrada, a punto de estallar y arrasar con todo a su paso. Claro, uno puede ser prevenido: revisar bien su utensilio, cambiarle el caucho, llenarla hasta donde se puede y controlar el fuego; pero en la vida la cosa es otra. ¿Cómo me prevengo ante un madrazo de mi jefe? Además, no puedo ver el futuro, ¿cómo voy a anticiparme a los problemas del día a día?
Sí puedo. Sí puedes tú también, porque el manejo del estrés en el trabajo no es una ciencia inexplorada. No vas a predecir cada contratiempo ni a cambiarle la personalidad a un jefe malhumorado, pero sí puedes incorporar técnicas y herramientas de bienestar emocional que te ayuden a reaccionar mejor, no por los otros, sino por tu propia paz en la oficina.
María Angélica Restrepo es psicóloga especializada en seguridad y salud en el trabajo, y esta es la conversación que tuvimos con ella:
Isa: María, siempre hemos escuchado que el trabajo y la vida personal se deben separar… pero ¿es realmente posible? ¿O deberíamos normalizar que somos seres humanos llenos de emociones, que somos un todo y así llegamos a cualquier escenario, incluyendo el trabajo?
María Angélica: “Isa, es imposible hacer off a esas emociones y pensamientos cuando algo nos preocupa, ya sea en el ámbito personal o profesional. Entonces, más allá de querer separar la vida personal y laboral, realmente es importante identificar qué emociones estoy sintiendo frente a una situación preocupante o algo que me demanda demasiado pensamiento. De esta manera, le damos solución y dejamos de sobrepensar, para así concentrarnos en el aquí y el ahora.”
¡Ajá! Atención a la expresión sobrepensar. Está relacionada, en muchas ocasiones, con la ansiedad. Cuando algo nos preocupa realmente y le damos ‘mucha cabeza’, probablemente estamos imaginando escenarios catastróficos, la peor manera en la que todo podría terminar. Pero si dejamos que eso ocupe por completo nuestra mente, disminuimos nuestra atención en otras actividades, como el trabajo. Si no puedes actuar ahora, si aún no tienes todas las respuestas a tu problema, ponlo en el cajón del después resuelvo y concéntrate en tu presente.
Isa: ¿Existe alguna forma de no estresarnos en el trabajo? ¿Es algo alcanzable o un ideal?
María Angélica: “Es importante entender el estrés como algo natural del ser humano. Viene implícito en nosotros y no hay que verlo como una debilidad o un aspecto con el que tengo que luchar, sino como una fortaleza. La necesidad de sentir estrés nos mantiene en estado de alerta y de alarma para poder solucionar la cotidianidad de nuestra vida.”
Isa: Bueno, pero sí hay gente que quisiera quitarse un estrés de encima: el de un jefe que no lo trata bien o que a veces se le sale el mal humor.
María Angélica: “Trabajar con personas que nos cuestionan o nos hacen sentir incómodos es algo con lo que, muy probablemente, nos encontraremos en el transcurso de la vida. Más allá de si el jefe es difícil o no, lo importante es identificar si esa acción que me incomoda es recurrente o puntual.
Si es recurrente, se deben utilizar los recursos internos de la empresa para buscar alternativas y abrir espacios de conversación. Si es una situación puntual, hay que analizar qué me incomoda en esa relación y qué estoy aportando yo a esa interacción. Luego, pensar qué voy a proponer y buscar un diálogo basado en la confianza y el respeto.”
Eso sí, cuando uno siente que le están ‘pasando por encima’, que no es un simple malentendido, sino que se siente vulnerado, la mejor solución es alzar la mano y hablar. Puede causar miedo, pero a largo plazo causa más daño quedarse callado en un sitio que va destruyendo, poco a poco, lo bueno que hay en nosotros y hasta las ganas de llegar al trabajo cada día.
Isa: María, si estoy teniendo un muy mal día, si la discusión en la que estoy me tiene casi al borde del llanto, ¿me aguanto? ¿Cómo manejo una situación emocional compleja en mi trabajo?
María Angélica: “Si estoy teniendo una conversación incómoda con alguien y siento que voy a desbordarme, es muy importante expresar esa emoción antes de que eso pase.
Decirle a la persona: ‘Estoy molesto, me siento frustrado, no estoy de acuerdo, pero en este momento no soy capaz de conversar porque me siento muy cargado’. Luego, tomarse un espacio en un lugar seguro, respirar y, cuando ya me sienta más calmado, retomar la conversación. Eso sí, nunca se debe dejar a la otra persona hablando sola sin explicarle qué está pasando.”
Lo que no se nos puede olvidar es que somos uno: el que entra al trabajo y el que sale. Y más que eso, somos humanos, por lo que sentimos. Eso es una fortuna, no debería avergonzarnos nunca. Otra cosa es que necesitemos y podamos regular nuestro sistema nervioso y nuestras respuestas emocionales cuando el momento y el lugar no nos permiten abordarlas a fondo.
La respiración es clave: oxigena la mente. Concentrarnos en ella unos minutos es como reiniciar un computador con fallas. La especialista nos recomienda el ejercicio 4-7-8:
- Inhala profundamente por la nariz durante 4 segundos.
Sostén la respiración durante 7 segundos. - Suelta el aire por la boca, lentamente, mientras cuentas 8 segundos.
- Repítelo las veces que necesites hasta que sientas que tu ritmo cardíaco se ha regulado. Si es necesario, utiliza esta estrategia en tu hora de almuerzo o cuando tengas unos minutos en el baño.
Escríbeme en Instagram @isaatehortua sobre cualquier tema de salud mental que quieras que abordemos.
También puedes contactarme en iatehortua@rcntv.com.
¡Espero que te sirva lo que hablamos hoy!