Esta es la presa de pollo que aporta mayor contenido proteico
¿Cuál es la presa de pollo que realmente da más proteína? Esto dicen los estudios en nutrición

Noticias RCN
01:21 p. m.
En la búsqueda constante de una alimentación balanceada y rica en nutrientes esenciales, el pollo se erige como una de las proteínas más populares y accesibles.
Sin embargo, no todas sus partes ofrecen el mismo valor nutricional. Para quienes buscan maximizar su ingesta de proteína magra, comprender cuál es la presa de pollo con la mayor concentración de este macronutriente es fundamental.
La respuesta, respaldada por la ciencia de la nutrición, puede sorprender a muchos y optimizar sus elecciones dietéticas.
La proteína es crucial para la construcción y reparación de tejidos, la producción de enzimas y hormonas, y el mantenimiento de la masa muscular, un aspecto vital tanto para atletas como para la población general.
Si bien el pollo en su conjunto es una excelente fuente, existen diferencias significativas entre sus cortes que impactan directamente en la cantidad de proteína, grasas y calorías. Desvelar esta información es clave para tomar decisiones informadas en la cocina y en la mesa, alineadas con objetivos de salud y bienestar.
¿Qué parte del pollo ofrece la mayor cantidad de proteína por porción?
Cuando se trata de maximizar el contenido proteico y minimizar la grasa en el pollo, la pechuga de pollo sin piel se posiciona consistentemente como la campeona.
Diversos estudios y bases de datos nutricionales, como el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), confirman que la pechuga es la parte más magra del ave y, por ende, la más rica en proteína por gramo.
Por ejemplo, una porción de 100 gramos de pechuga de pollo cocida y sin piel puede aportar aproximadamente entre 30 a 31 gramos de proteína.
En contraste, la misma porción de muslo de pollo cocido, aunque también es una buena fuente, contiene alrededor de 26 gramos de proteína, pero con un contenido de grasa considerablemente mayor.
Las alas y los contramuslos, si bien son sabrosos, tienen una proporción de grasa más alta en relación con su contenido proteico.
La clave está en consumir la pechuga sin piel, ya que gran parte de la grasa saturada del pollo se encuentra justo debajo de esta capa. Optar por métodos de cocción como el horneado, la parrilla o el hervido, en lugar de la fritura, también contribuye a mantener el perfil nutricional magro de esta presa.
¿Por qué es la pechuga la opción predilecta para el consumo de proteína magra?
La predilección por la pechuga de pollo como fuente de proteína magra se basa en su composición nutricional intrínseca y su versatilidad culinaria.
Desde una perspectiva biológica, los músculos del pecho de las aves están diseñados para el vuelo (aunque el pollo doméstico no vuele largas distancias), lo que implica una menor acumulación de grasa y una mayor densidad de fibras musculares blancas, ricas en proteína.
Esta característica la convierte en una opción ideal para dietas enfocadas en la pérdida de peso, el aumento de masa muscular o simplemente para aquellos que buscan una alimentación saludable.
Además de su alto valor proteico, la pechuga de pollo es baja en calorías y grasas, especialmente si se retira la piel.
Esto la convierte en un alimento saciante que puede ayudar a controlar el apetito y a evitar el consumo excesivo de calorías.
Su sabor neutro y su textura la hacen adaptable a una infinidad de preparaciones, desde ensaladas hasta guisos o asados, facilitando su incorporación en cualquier régimen alimenticio.
Instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversas guías dietéticas a nivel global recomiendan el consumo de proteínas magras como parte de una dieta equilibrada, y la pechuga de pollo cumple con creces este requisito, reafirmando su estatus como la campeona de la proteína en el plato.