Tecnologíafebrero 15, 2022hace 2 años

Pokémon Legends: Arceus, reseña: una renovación a medio camino

Pokémon recibe un juego que trae varias novedades a la franquicia, pero con varias limitaciones de diseño.

Pokémon Legends: Arceus, reseña: una renovación a medio caminoFoto: Captura

Hablar de Pokémon es sinónimo de una de las sagas con más arraigo a sus bases y eso se da en gran parte a que la revolución que planteó hace 25 años fue tan clara, que en nuestros tiempos sigue funcionando perfectamente. Pero tras escuchar a sus fans, Game Freak decidió darle un giro a la franquicia y con Pokémon Legends: Arceus presentar un mundo abierto.

Este juego tiene como principal novedad la “libre exploración” y que los pokémon ya no están ocultos bajo la yerba, sino que los podemos ver moviéndose por el mapa y capturarlos se hace más natural, así como combatir contra ellos.

Todo esto en medio de un ambiente en el que viajamos al pasado a una región donde apenas están conociendo a estas criaturas y la relación con los humanos es escaza. Por eso nuestra misión será unir a las dos partes para sentar las bases del futuro… Pero todo se queda corto.

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Una renovación…

Antes de hablar de todos los problemas que tiene Pokémon Legends: Arceus, que son claramente evidenciados en su rendimiento técnico y gráfico (aunque hay cosas mucho más graves), destaquemos lo bien que hace este juego, porque sin duda es el inicio de una renovación muy interesante para la franquicia.

Aunque el universo de Pokémon fomenta la exploración y la búsqueda de criaturas, el juego siempre ha estado marcado por una linealidad jugable y narrativa, que va llevando al jugador de un punto A a uno B. Aquí en Arceus la idea es que todo sea más libre, que el ritmo de juego lo ponga el jugador y qué sea él quien vea en qué momento va por la historia o cuando solo quiere andar por el mapa capturando y peleando contra los pokémon.

Y el juego lo cumple a su manera. Su principal fuerte es esa mecánica de captura que se siente más natural, de ir andando, tomándote tu tiempo, distrayendo, alimentando y luego lanzar la pokebola para tomar al pokémon. Se siente diferente y es adictivo, siempre que vas a una misión en el camino te distraes porque ves una nueva criatura o una que aún no tienes y debes ir por ella.

Esto se ve integrado por la forma de completar el pokedex, que esta vez no solo nos pide capturar al pokémon, sino que hay que completar varias tareas que ayudan a tener más información sobre él, que luego se va a ver reflejada en datos que le sirven a la gente de la región para mejorar su vida y la relación con los pokémon. Esa parte del juego se siente linda y es agradable dar un aporte “real” y no solo ser el mejor entrenador de la historia.

Es un giro clave y que debe ser la base para embarcar la renovación de la franquicia, para que no sea todo tan esquemático. Todo esto complementado por combates más naturales, en los que solo basta con arrojar un pokémon nuestro al lado de uno salvaje y ahí iniciará la pelea, sin cambios en las pantallas.

Caputra de Arceus

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… a medio camino

Pero detrás de esta interesante renovación y de una propuesta que, aunque parece pequeña, es significativa ante la repetición en la que ya estaba entrando la saga, también hay que decir que hay muchos fallos en el diseño del juego, al que se le nota le faltaron por lo menos dos años más de desarrollo para quedar al 100%.

Arceus tiene muchos problemas de rendimiento, los arboles son todos iguales y los elementos que acompañan la región aparecen mientras caminamos y es molesto, no afecta el gameplay como tal, pero es incomodo jugar mientras una montaña sale de la nada al fondo o cuando el agua parece mercurio. Además, los diseños de los personajes son todos planos, con limitadas animaciones y las conversaciones se hacen aburridas, porque la música nunca aparece. Es un juego que no parece hecho para la franquicia que más dinero genera en el mundo, y eso no es culpa de la Nintendo Swith.

Pero más allá de las obvias limitaciones técnicas, esta entrega de Pokémon tiene problemas de diseño, porque si la propuesta es entregar un mundo abierto y fomentar la exploración, no se puede limitar tanto a los jugadores para que anden por el mundo. Al inicio del juego vamos a tener problemas para subir una pequeña montaña que hasta un mayor de 60 años lo podría hacer sin problemas. Y esto el juego lo justifica en que debemos encontrar la montura que nos permita hacerlo, pero es que incluso tras encontrar a la primera que nos ayuda a correr y hacer pequeños saltos, no vamos a poder subir esas montañas y solo será hasta bien pasadas las horas de juego que aparezca la que nos permita escalar.

Así que de entrada este no es un juego de mundo abierto, solo es un Pokémon con un mapa más ancho, porque la exploración va estar limitada hasta que casi lo acabas, y la idea de los juegos de este tipo es que tu seas el que marques el ritmo de ir a una misión secundaria, una principal o literalmente no hacer nada y solo andar, porque ni nadar puede nuestro personaje. Además, de las cinco monturas solo tres sirven para hacer acciones que antes nos han limitado, porque el oso es el más inservible y el pájaro solo vuela hacia abajo, ósea es un paracaídas.

Por lo que la renovación queda muy limitada y es como un paso pequeño para quizás no arriesgar de más y salirse de lo que es Pokémon, como un riesgo muy contenido. Estamos ante un mundo grande y variado, del que podemos disponer cuando el juego quiera y no cuando lo deseamos.

A esto se suma que los pokémon están ahí en el mundo y ya, no comen, no se mueven en manada, no se atacan entre ellos y son tan inertes como los demás humanos que no solo entran en acción si nosotros vamos a ellos. Así no funciona un mundo abierto, Game Freak.

Pelea en Arceus

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Entonces… ¿Pokémon Legends: Arceus vale la pena?

Es un buen juego y sobre todo es un buen Pokémon, porque después de mucho tiempo los fans tienen algo diferente que jugar, se siente otro ambiente al entrar y se nota que las ideas están sentadas para explorar más opciones.

Pero también está claro que el equipo de desarrollo se contuvo mucho y no quiso arriesgar por más cosas, un mundo abierto no puede ser tan limitado y más allá de que el agua parezca una masa espesa o que las montañas carguen en tu cara, el juego tiene problemas de diseño que dejan a medio camino una renovación que mejor trabajada puede marcar mucha más diferencia.

Seguramente si este juego no tuviera el título de Pokémon, no se estaría hablando de él, y por eso es que aún sigue valiendo la pena, porque si eres fan de la saga vas a encontrar cosas diferentes y si eres nuevo es una buena forma de entrar a la franquicia, si no te gusta la forma tradicional. Pero el camino a la revolución apenas empieza.

por:Autor Noticias RCN

Noticiasrcn.com - Juan Diego Ríos

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