¿De quién es el ataúd de oro con el que confundieron el féretro de la reina Isabel II?

Desde que el pasado 8 de septiembre se confirmara la muerte de la reina Isabel II, han salido a la luz escándalos y noticias de burla respecto a la monarca que duró 70 años en el trono y las actividades del riguroso protocolo que la familia real debe seguir posterior al fallecimiento de la reina. 

Algunos comentarios de las personas han juzgado la cantidad de recursos y gastos que todos estos actos demandan e incluso se filtró una hipótesis que aseguraba que el ataúd de la reina Isabel II era de oro. 

Esto, luego de que el diputado mexicano, Fernández Noroña, publicara en su cuenta oficial de Twitter, una imagen de un féretro, al parecer, bañado en oro, y el cual calificó como “un insulto”. 

La agencia AFP, también en su cuenta Twitter, aclaró que desde la muerte de Isabel II, se han filtrado muchas noticias falsas y aseguró que su equipo ya ha desmentido algunas. 

Entretanto, la agencia de prensa EFE, aclaró que la imagen publicada por el diputado Fernández Noroña correspondía “al funeral del cantante mexicano José José en 2019”. Además, que por orden de los hijos del cantante no fue abierto y que costó alrededor de 25.000 dólares. 

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¿De qué está hecho el féretro de reina Isabel II? 

El ataúd de Isabel II, frente al que desfilarán cientos de miles de personas hasta sus exequias, está hecho de roble inglés y forrado de plomo y fue fabricado hace más de 30 años. 

Cabe mencionar que el público no podrá ver el rostro de la monarca puesto que el féretro yacerá cerrado y cubierto con el estandarte y las insignias reales.

Según The Times, el ataúd de la difunta Isabel II es de roble inglés y está hecho del mismo material que el de su marido, el príncipe Felipe, fallecido en abril de 2021.

La empresa funeraria londinense Leverton and Sons, encargada de las exequias reales, explicó al diario británico, hace cuatro años, que no sabían cuándo ni quién había fabricado ambos ataúdes, que les fueron entregados en 1991 cuando empezaron a trabajar como proveedores oficiales de la casa real británica. 

“Es de roble inglés, que es muy difícil de encontrar y muy caro”, explicó su directivo Andrew Leverton.

El revestimiento de plomo hace que el ataúd sea hermético, ya que se colocará en una cripta y no se enterrará. Pero lo hace extremadamente pesado para sus ocho portadores.

Las asas de latón están diseñadas específicamente para los ataúdes reales, al igual que la tapa, que debe soportar las insignias de la monarquía. “No es algo que se pueda hacer en un día”, aseguró Leverton a The Times.

Tras ser expuesto en Edimburgo, el féretro será transportado a Londres. Al día siguiente, será colocado en un catafalco cubierto de púrpura en el Palacio de Westminster y custodiado por guardias.

El estandarte real, el emblema de la monarquía que tradicionalmente ondeaba sobre Buckingham, Sandrigham o Windsor cuando la reina estaba allí, cubrirá su ataúd.
Sobre el féretro se colocarán también dos insignias reales, el cetro y el orbe, un globo terráqueo rematado por una cruz que simboliza el mundo cristiano.

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